Cuando una persona habla con el Santo, bendito sea, y expresa su dolor y angustia, confesando sus pecados y lamentando la enormidad de lo hecho, la Shejiná misma se eleva delante del Santo, bendito sea, y derrama su dolor y tristeza. Pues toda falla en el alma del hombre es también una "falla" en la Shejiná. Y la Shejiná le dará consuelo y buscará maneras y medios para reparar el daño.
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