domingo, 20 de agosto de 2017

La Parasha del Rebe: Shoftim (Jueces)



Devarim (Deuteronomio) 16:18 “Jueces y magistrados pondrás para ti en todas tus ciudades que Hashem, tu Adon, te da, en tus tribus, los cuales juzgarán al pueblo con justo juicio”. 

 Jueces y magistrados pondrás para ti en todas tus ciudades 

 Cuando hay una justicia apropiada en la tierra, el temor a Hashem se establece y se eleva a su nivel apropiado. Entonces la gente teme a Hashem porque reconoce que Él es grande y no porque le teme al castigo (Likutey Moharán I, 154)

 16:19 “No torcerás el derecho, no harás acepción de personas, ni admitirás cohecho, porque el soborno ciega los ojos de los sabios y pervierte las palabras de los justos”. 

 El soborno ciega los ojos de los sabios 

 Las nubes que cubren los ojos de la persona, oscureciendo espiritualmente su visión, corresponden a las klipot que impiden que las plegarias asciendan (Tikuney Zohar #21, p. 50b)

 El juicio está en los ojos. Es decir, la persona juzga de acuerdo a cómo ve el asunto. Cuando el juicio se corrompe -cuando los ojos están “nublados”- también se daña la visión que uno tiene de la Divinidad y la persona se ve sujeta a los pensamientos perturbadores y externos durante la plegaria. 

Al dar caridad, especialmente antes de orar, es posible rectificar los juicios de modo que las plegarias puedan fluir sin interrupciones (Likutey Moharán I, 2:5)

 17:16 “Pero, no ha de multiplicar para sí demasiados caballos, ni hará volver el pueblo a Egipto para hacer que abunden los caballos; por cuanto Hashem les ha dicho: ‘Nunca más han de volver por este camino’”. 

 No ha de multiplicar para sí demasiados caballos 
 ¿Por qué caballos? Los caballos representan la imaginación. 
Los caballos deben estar subordinados al jinete, al igual que la imaginación que debe estar subordinada al intelecto. 
El rey representa a Maljut, que corresponde a la fe. En el ámbito de la santidad, los poderes de la imaginación permiten buscar el conocimiento de Hashem a través de la fe. 

Pero si uno deja que se presenten demasiadas ilusiones materiales, su fe se verá dañada. Por lo tanto el rey -la fe- tiene prohibido tener demasiados caballos - apoyarse demasiado en la imaginación (Likutey Halajot VII, p. 440)

 17:18 “Y será que cuando se siente sobre el trono de su reino, escribirá para sí una copia de esta Torá en un libro, del ejemplar que estuviere delante de los Cohanim y los Levitas”. 

 Escribirá para sí una copia de esta Torá en un libro 

 La Torá es el mejor consejo; su consejo nos muestra cómo superar nuestros deseos materiales para ganarnos la vida en el Mundo que Viene. Cada persona debe escribir para sí un rollo de Torá, para tener a mano su consejo, en todo momento. El rey judío tiene la obligación de escribir un rollo extra de Torá, pues como líder de la nación, necesita muchos más buenos consejos para fortalecer su autoridad. 

 Aquel que, al pecar, daña el consejo dela Torá, permite que el reino del mal lo venza. Le ha entregado el poder de consejo de la Torá a “otra” autoridad que controla ahora sus acciones. Por lo tanto necesitamos mantener a mano nuestro rollo de Torá, para hacernos recordar la autoridad de la Torá (Likutey Halajot IV, p. 268). 

 18:4 “Le darás también la primicia de tu trigo, de tu mosto y de tu aceite puro, como también las primicias del esquileo de tus ovejas”. 

Las primicias del esquileo de tus ovejas Las ovejas representan a la Torá. Así como la gente esquila a las ovejas por su lana, la gente “esquila” a la Torá para derivar sus leyes (Tikuney Zohar #21, p. 46b). 

 La primera esquila es dada al Cohen, representado por Aarón, dado que Aarón es considerado el “primer” discípulo de Moisés (Moisés le enseñó primero las leyes a Aarón y sólo después a los demás; ver Eruvin 54a) y así representa la transmisión de la Torá de maestro a discípulo. La primera esquila es dada al Cohen porque las leyes de la Torá, que son transmitidas a los discípulos, deben tener un lazo muy fuerte con su raíz (Likutey Halajot V, p. 536).

No hay comentarios:

Publicar un comentario