jueves, 10 de agosto de 2017

La ocultación dentro de la ocultación



Es necesario saber que no existe nada en el mundo que no contenga Divinidad, por más oculta que ésta se encuentre. 
Existen dos niveles de ocultación. El primero es la ocultación simple; el segundo es "la ocultación dentro de la ocultación”. Cuando el Santo bendito sea, está oculto es muy difícil encontrarlo, pero aun así y con un gran esfuerzo es posible hallarlo, pues al menos uno sabe que el Santo, bendito sea, está oculto de nosotros. Pero en la "ocultación dentro de la ocultación”, lo que está oculto es el hecho mismo de que el Santo, bendito sea, está oculto. 

 El individuo no tiene idea de que el Santo, bendito sea, está oculto de él, y entonces es muy difícil encontrarlo. La ocultación de la Divinidad se produce debido al pecado. Cuando la persona transgrede y luego repite su pecado una segunda vez, este pecado se vuelve permitido a sus ojos. Esto es lo que produce la primera ocultación. Pero si la persona continúa transgrediendo una y otra vez, el Cielo no lo permita, cae entonces al nivel de "la ocultación dentro de la ocultación”. Sin embargo, incluso dentro de "la ocultación dentro de la ocultación" está presente la Divinidad, pues sin Su fuerza vital nada en el mundo podría existir. 

Mediante la devoción a la Torá es posible quitar todos los velos y revelar el hecho de que el Santo, bendito sea, está presente incluso allí donde es más intensa "la ocultación dentro de la ocultación”. Entonces se podrá escuchar el llamado constante de la Torá: "¿Hasta cuándo, insensatos, seguiréis con la insensatez?" (Proverbios 1:22). Al final uno será capaz de retornar al Santo, bendito sea, sin importar dónde hubiera caído.

Consejo

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