martes, 15 de agosto de 2017

Niveles





Incluso dentro de los atributos mismos [i.e., dentro del ámbito de lo finito] cada persona, en su propio nivel, representa la Mente con respecto al nivel por debajo de ella. Pues el nivel más bajo del mundo de Ietzirá (Formación) constituye el nivel de Mente [más elevado] para el mundo de Asiá (Acción) debajo de él. 

Así, el amor por Hashem de una persona, dentro de sus atributos y dentro del tiempo, puede representar, para la persona que se encuentra en un nivel inferior al suyo, el nivel más elevado de “amor que existía en la Mente” y “más allá del tiempo”. Incluso ahora, en medio de los “días”, cada persona, en su propio nivel, puede saborear la Luz del amor que existe en la Mente. Esto es posible uniendo el corazón con la mente. Pues todo judío sabe en un sentido general que hay un Elohim. 

A la luz de ese conocimiento, sería ciertamente apropiado que todos sus deseos físicos y sus comportamientos negativos quedarán simplemente anulados. Pero “Los malvados son controlados por sus corazones” (Bereshit Rabah 34:10) y todos los atributos y deseos físicos se encuentran asentados allí. Por lo tanto, cada uno debe ocuparse de unir el corazón con la mente. 

Entonces, el corazón estará bajo su control y podrá subyugarlo, junto con sus deseos, gracias al conocimiento que tiene de Hashem-sabiendo que “el mundo entero está lleno de Su gloria”- hasta que quiebre y anule todos los deseos negativos mediante ese saber y el conocimiento de la Torá. Entonces, los atributos que están en el corazón también quedarán englobados en la mente y recibirán la luz del amor que existe en la Mente. 

Por ello, de acuerdo al nivel y de acuerdo a quién sea la persona, podrá ver y aferrar la Luz Oculta - es decir, ver y aprehender la Torá y a los Tzadikim que estaban ocultos [hasta ahora].

Likutey Moharán

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