lunes, 4 de septiembre de 2017

La Parasha del Rebe: Ki Tavó



Devarim (Deuteronomio) 26:2 “Entonces tomarás de las primicias de todos los frutos del suelo, que recogieres de la tierra que Hashem, tu Señor, te da, y las pondrás en un canasto, e irás al lugar que escogiere Hashem, tu Señor, para hacer habitar allí Su Nombre”.

Las primicias de todos los frutos

Estas cosas no tienen una cantidad fija: peá [es necesario dejar para los pobres una esquina del campo durante la cosecha], bikurim [las primeras frutas de cada estación, que son dadas al Cohen] y raion [el ascenso a Jerusalén durante las Tres Festividades] (Peá 1:1). Todos estos regalos son actos de caridad y representan la “primera caridad” - i.e., el comienzo de lo que uno da para caridad.

Cuando Adán comió del Árbol del Conocimiento, corrompió el alimento e hizo que las chispas de santidad quedasen atrapadas allí. Ahora, sus descendientes deben trabajar la tierra para producir el alimento, rectificando y elevando las chispas. Sin embargo, la caridad correspondiente a peá y bikurim es extremadamente difícil de dar, porque la cosecha contiene muchas chispas de santidad que esperan ser elevadas. La caridad de peáeleva esas chispas y endulza el decreto contra Adán. La caridad de los bikurim es más grande aún, dado que los bikurim son llevados al Templo donde brilla el Rostro de Hashem, despertando así el Favor Divino. Cuando ascendemos al Templo durante las Tres Festividades, invocamos el Favor Divino y merecemos ver el Rostro de Hashem (Likutey Halajot I, p. 270-136a).

26:15 “Mira desde Tu Santa morada, desde el cielo y bendice a Tu pueblo Israel y al suelo que nos has dado, como juraste a nuestros padres, tierra que mana leche y miel”. 

Mira desde Tu Santa morada

Esta frase indica la revelación de la Providencia Divina, que se manifiesta principalmente en la Tierra Santa (Likutey Moharán I, 234:3).

27:9 Y Moisés con los Cohanim entre los Levitas habló a todo Israel, diciendo: “¡Oye y escucha, oh Israel!, hoy has venido a ser un pueblo para Hashem, tu Señor”.

Oye y escucha... hoy has venido a ser un pueblo

“Oye y escucha” - primero debes oír. Entonces comprenderás (Berajot 63b).

Cada día debe ser como “hoy”, el día en el cual entraron en el pacto con Hashem (Rashi).

Estos dos comentario se complementan entre sí, pues es necesaria mucha atención y esfuerzo para lograr una renovación diaria (Likutey Halajot VIII, p. 146a-146b).

28:47 “Por cuanto no serviste a Hashem, tu Adón, con alegría y con regocijo de corazón cuando abundaba todo”. 

Por cuanto no serviste a Hashem, tu Adón, con alegría

Cuando una persona se regocija con la alegría de una mitzvá -tal como el estudio de la Torá o el cumplimiento de buenas acciones- esa alegría es tan grande que llega hasta sus pies y los levanta - i.e., comienza a bailar de alegría. De manera similar, aquel que sirve a Hashem con alegría puede llegar hasta los niveles más bajos y elevar las almas que han quedado atrapadas allí debido a sus pecados (Likutey Moharán II, 81).

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