domingo, 24 de septiembre de 2017

La Parashá del Rebe- Bereshit



Bereshit 1:1 En el comienzo creó Elohim los cielos y la tierra 

Bereshit 

 Las letras de la palabra BeREShIT(בראשית) pueden ser transpuestas para formar la frase IaRe ShaBaT (ירא שבת, “aquel que guarda el Shabat”). En mérito a guardar el Shabat la persona merecerá el temor a Elohim (Likutey Halajot III, p. 1a). Bereshit 

La palabra BeREShIT (בראשית) tiene las mismas letras que IaRe ShaBaT (ירא שבת, “aquel que guarda el Shabat”) (Tikuney Zohar #9, p. 24b). 

 El Shabat equivale a toda la Torá(Ierushalmi, Shabat 1:8). La Torá precedió a la creación del mundo en 2000 años (Bereshit Rabah 8:2). Dado que el Shabat se compara con toda la Torá, podemos decir que el Shabat también precedió al mundo en 2000 años. Esos 2000 años están representados por el límite de 2000 amot (codos) fuera de los límites de la ciudad, en los cuales está permitido caminar en el Shabat. Ese límite también corresponde al límite de la mente, que impone restricciones sobre aquello que es posible comprender, sobre lo que se encuentra más allá de nosotros y en aquello donde debemos fortalecer nuestra fe. 

Gracias a esos límites podemos atraer los intelectos de la Torá y la santidad del Shabat, para reconocer que la Creación es obra de Elohim (Likutey Halajot III, p. 102). 

 Bereshit bará Elokim 

 Nuestros sabios enseñan que el rey egipcio Ptolomeo les ordenó a los setenta ancianos de Israel traducir la Torá al griego. Al hacerlo, los ancianos alteraron la traducción de varios versículos para evitar una mala interpretación. 

Cambiaron el versículo “Bereshit bará Elokim - En el comienzo creó Elohim” y pusieron en su lugar “Elohim bará bereshit - Elohim creó en el comienzo”. De otra manera, Ptolomeo podría haber leído el versículo como “[Una entidad llamada] ‘En El Comienzo’ creó a Elohim” (Meguilá 9a). 

 El Rebe Najmán enseña que los ancianos tuvieron que alterar ese versículo porque, en su forma pura, la Torá es tan intensa que la persona que se encuentre lejos de Elohim no podrá comprenderla apropiadamente. Es por ello que la Torá, al igual que el Talmud y el Midrash, contiene narraciones e historias - estos son los vehículos a través de los cuales la luz de la Torá puede serles transmitida a personas relativamente simples y carentes de conocimiento. 

El Rebe agrega que ello explica por qué muchos Tzadikim conversan sobre temas mundanos con sus seguidores. Con ello les transmiten conceptos de Torá en un formato simple que pueden aferrar (Likutey Moharán II, 91). 

 Bereshit-La Expresión Oculta El mundo fue creado con Diez Expresiones (“Elohim dijo...”). Pero sólo nueve veces la Torá registra la frase “Elohim dijo”. Esto enseña que Bereshit es una Expresión Oculta (Rosh HaShaná 32a). 

 Así como Bereshit es una Expresión Oculta, la presencia de Hashem está oculta en la Creación. Cuando la Torá afirma: “La tierra estaba confusa y desolada, con la oscuridad sobre la faz del abismo, y el espíritu de Elohim sobrevolaba sobre la superficie de las aguas” (Génesis 1:2), ello nos da esperanzas. Pese a todo lo que puede abrumar a la persona y desestabilizar su vida, Hashem está con ella y la puede sacar de su confusión y caos (Likutey Halajot III, p. 213a). 

Este punto se hace más claro aún por el hecho de que la Torá nunca menciona la creación de las aguas, sólo que el espíritu de Hashem“sobrevolaba sobre la superficie de las aguas”. 

Aunque ciertas cosas de la Creación ocultan la Divinidad, siempre debemos saber que Hashem está presente (Ibid., p. 430). 1:1 En el comienzo creó Elohim los cielos y la tierra 

 Bereshit-La Tierra Santa ¿Por qué la Torá comienza con Bereshit? Si las naciones dicen, “Ustedes son ladrones, porque tomaron por la fuerza la tierra que les pertenece a las siete naciones cananeas”, debes decirles, “El mundo entero le pertenece a Hashem, Quien lo creó. Él puede darle la tierra a quien lo desee” (Rashi). 

 El poder para convencer al mundo de que la Tierra Santa nos pertenece yace enla Torá, que detalla la Creación de Elohim y Su propiedad. Sin la Torá, no tenemos reclamo alguno de la Tierra. ¿Qué sostuvo al mundo hasta que fue dada la Torá?Matnat Jinam - la bondad de Hashem, el Tesoro de Dones Inmerecidos. Para que podamos exponer la Torá y reclamar la Tierra debemos traer una Torá pura que debe ser hecha descender apropiadamente desde Arriba. 

Mediante la plegaria podemos acceder a esa Torá, rogando a Hashem y pidiéndole que haga descender Su bondad sobre nosotros - en lugar de pedir Su beneficencia diciendo que esperamos que nuestras plegarias sean respondidas debido a que lo merecemos. El primer tipo de plegaria es la ofrecida por los grandes Tzadikim tales como Moisés (ver Rashi sobre Deuteronomio 3:23). 

Tal plegaria es respondida desde el Tesoro de Dones Inmerecidos de Hashem - el mismo Tesoro que sostuvo al mundo hasta la entrega de la Torá. En cuanto al segundo tipo de plegaria, que demanda resultados en base a la recompensa por las acciones, aquel que la articula es comparable a un ladrón que demanda y toma lo que desea. Orar de esa manera niega el concepto del Tesoro de Dones Inmerecidos de Hashem y va en contra de los ideales de una Torá pura recibida a través de la Bondad. Más aún, dado que el Tesoro de Dones Inmerecidos es conceptualmente la Torá Oculta que sostuvo al mundo, tal persona demuestra que no se apoya en la Torá para su sustento. 

Así, las naciones que dicen que los judíos tomaron la tierra como ladrones tienen una queja legítima. Pero cuando Le oramos a Hashem para que nos otorgue de Su Tesoro de Dones Inmerecidos, afirmamos que la Torá sustenta al mundo, dándonos el derecho a la Tierra (Likutey Halajot VIII, p. 221b). 

 Bereshit-La Tierra Santa 

 Hashem creó el mundo para revelar Su voluntad. Si encontramos y revelamos Su voluntad, podremos conquistar la Tierra Santa. Más aún, cada lugar que conquistemos y transformemos en un lugar de santidad, tal como una sinagoga (cf.Meguilá 29a), revelará la voluntad de Hashem. Así, construir una sinagoga o algún otro elemento de santidad es equivalente a conquistar la Tierra Santa (Likutey HalajotI, p. 464). 

 Bereshit-La Tierra Santa 

 ¿Por qué la Torá comienza con el relato de la Creación en lugar de hacerlo con la primera mitzvá dada a los judíos, la declaración de la Luna Nueva? De acuerdo a Rashi, el relato de la Creación viene a enseñarnos que la Tierra Santa nos pertenece. En realidad, no podemos establecer y declarar la Luna Nueva sin conocer los misterios de la intercalación, que sólo pueden ser adquiridos a través de la santidad de la Tierra Santa y del ordenamiento de los Sabios que pueden declarar la Luna Nueva (Sanedrín 2a). 

De modo que la Torá debía comenzar con el relato de la Creación, para revelar la santidad de la Tierra Santa y poder así tomar esa santidad y esa capacidad de declarar la Luna Nueva (Likutey HalajotIII, p. 232). 2:2 En el séptimo día completó Elohim Su obra que Él había hecho. Y descansó en el séptimo día de toda Su obra que Él había hecho. El Séptimo Día Los seis días de la semana corresponden al Árbol del Conocimiento del Bien y Mal. 

El Shabat, el séptimo día, corresponde al Árbol de la Vida (cf. Zohar I, 27a). Daat (Conocimiento) consiste de tres grupos de conceptos opuestos: permitido y prohibido, apto y no apto, puro e impuro. Los seis días de la semana representan nuestro proceso de separar entre esos estados de ser para servir apropiadamente a Hashem. Por tanto son días de trabajo. Si la persona se arrepiente pero entonces cae debido a que no tiene un control pleno de sus emociones y de su intelecto, ese arrepentimiento corresponde a los días de la semana, al Árbol del Conocimiento en el que el bien y el mal están mezclados. 

 El Shabat, por otro lado, representa el Árbol de la Vida. Cuando la persona se arrepiente definitivamente, ello corresponde al Shabat, el “día de descanso” de los malos deseos. Las letras de la palabra ShaBaT (שבת) pueden reordenarse para formar la palabraTaShuV (תשב, “te arrepentirás”). El Shabat representa el verdadero arrepentimiento (Likutey Moharán I, 79). 

 El Séptimo Día Los seis días de la semana están divididos en tres pares (Bereshit Rabah11:8). Pero el Shabat está apareado con el pueblo judío. La persona que observa el Shabat puede regocijarse con su pareja, si así pudiera decirse (Likutey Moharán I, 277). Elohim hizo al mundo en seis días y descansó en el Shabat “Hizo al mundo” representa un “despertar desde abajo”, significando el esfuerzo del hombre para hacer y trabajar durante los seis días de la semana. 

“Descansó en el Shabat” representa un “despertar desde Arriba”, en que todo es hecho solamente por Hashem, pues Él muestra Su benevolencia aunque no llevemos a cabo un “despertar desde abajo” (Likutey Halajot III, p. 2). 

 En el séptimo día completó Elohim Su obra... Y descansó en el séptimo día ¿Qué le faltaba al mundo? Descanso. Llegó el Shabat y con él llegó al descanso (Rashi). El descanso que fue creado en el Shabat completó el Acto de la Creación. Pues el descanso que viene con el Shabat -el punto focal de los seis días de la semana- sustenta al mundo (Likutey Halajot II, p. 109a). 3:11 Y Él dijo: “¿Quien te ha dicho que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del Árbol del cual te ordené que no comieses?”. Adán comió del Árbol La impaciencia de Adán lo hizo pecar, trayendo la maldición de ganarse el sustento que es, en sí misma, un desafío diario a la paciencia del hombre. 

El Midrash llama a la impaciencia “ira” (cf.Bamidbar Rabah 19:9). Sólo mediante la paciencia es posible construir un muro protector para la riqueza. Aquel que se encoleriza pierde su riqueza. Más aún, la ira de Adán dañó la riqueza misma, haciéndola descender a un lugar de exilio. Así vemos que toda la riqueza del mundo había sido llevada a Egipto durante la hambruna, al lugar del exilio judío. En la época del Éxodo, el pueblo judío, que esperó la redención con gran paciencia, mereció llevarse toda esa riqueza (Likutey Halajot VII, p. 210). 

 Adán comió del Árbol 

 Hay una fuerza que acerca a la persona a Hashem y una fuerza opuesta que la lleva hacia el Otro Lado. Comer puede representar cualquiera de ambas fuerzas. Cuando Adán comió del Árbol, esa fue una acción que llevó a la muerte. En el extremo opuesto se encuentra el comer en santidad, que rectifica ese pecado y lleva a la vida (Likutey Halajot VIII, p. 137a). 

 Adán comió del Árbol 

 Al comer del árbol, Adán hizo que las chispas de santidad se dispersaran por el mundo entero. Ahora todo debe ser rectificado y purificado para retornar al ámbito de la santidad (Likutey Halajot II, 56a). Adán, Etz HaDaat Tanto el pecado de comer del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal como el pecado de la Generación del Diluvio, produjeron el mismo resultado: la mezcla del bien y del mal. Para rectificar los daños producidos por cada persona -que son resultado de la mezcla del bien y del mal- es necesario comer en santidad y elevarle plegarias a Hashem. 

Comer en santidad rectifica el pecado de haber comido del Árbol. La plegaria reactiva el Acto de la Creación, la santificación de la Tierra Santa. El diluvio de la época de Noaj no cubrió la Tierra Santa. Así, la plegaria es el medio para evitar las aguas del diluvio y las abrumadoras confusiones generadas por nuestros daños (Likutey Halajot II, p.16). El daño producido por Adán al comer El pecado de Adán yace en buscar la dulzura del alimento material en lugar de buscar su nutriente espiritual. 

En el día de Rosh HaShaná (el Sexto Día de la Creación, el día en que Adán y Eva fueron creados y pecaron), ambos cayeron presa de la astucia de la serpiente y se volvieron víctimas de su filosofía. Nosotros rectificamos el pecado de Adán al sumergir el pan en la miel en Rosh HaShaná, implicando que buscamos la dulzura espiritual de nuestro alimento y el deseo de dirigirnos hacia Hashem (Likutey Halajot II, p. 82).

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