lunes, 25 de septiembre de 2017

Hoy


Una de las reglas básicas en el servicio Ha Kadosh Baru hú (al Santo, bendito sea), es pensar sólo en el presente. 
No debes prestarles atención alguna al pasado ni al futuro
Esto se aplica al trabajo para ganarse el sustento. Nuestra literatura sagrada nos dice que uno sólo debe ocuparse del día de hoy

Lo mismo se aplica al servicio a Hashem. Sólo debes pensar en el día de hoy, en la hora presente. Es común que cuando una persona desea comenzar el servicio al Santo, bendito sea, sienta que esto es una pesada tarea y que nunca será capaz de sobrellevarla. Pero si piensas que lo único que tienes es el día de hoy, esto ya no será una carga. 

No dejes las cosas de lado diciendo, "comenzaré mañana... Mañana diré la oración con fuerza y devoción”, etcétera. El mundo del hombre sólo consiste en el día y en la hora en la cual se encuentra. Mañana es un mundo completamente diferente. "¡Hoy, si escuchan Su voz!" ¡Hoy! ¡Precisamente!

domingo, 24 de septiembre de 2017

La Parashá del Rebe- Bereshit



Bereshit 1:1 En el comienzo creó Elohim los cielos y la tierra 

Bereshit 

 Las letras de la palabra BeREShIT(בראשית) pueden ser transpuestas para formar la frase IaRe ShaBaT (ירא שבת, “aquel que guarda el Shabat”). En mérito a guardar el Shabat la persona merecerá el temor a Elohim (Likutey Halajot III, p. 1a). Bereshit 

La palabra BeREShIT (בראשית) tiene las mismas letras que IaRe ShaBaT (ירא שבת, “aquel que guarda el Shabat”) (Tikuney Zohar #9, p. 24b). 

 El Shabat equivale a toda la Torá(Ierushalmi, Shabat 1:8). La Torá precedió a la creación del mundo en 2000 años (Bereshit Rabah 8:2). Dado que el Shabat se compara con toda la Torá, podemos decir que el Shabat también precedió al mundo en 2000 años. Esos 2000 años están representados por el límite de 2000 amot (codos) fuera de los límites de la ciudad, en los cuales está permitido caminar en el Shabat. Ese límite también corresponde al límite de la mente, que impone restricciones sobre aquello que es posible comprender, sobre lo que se encuentra más allá de nosotros y en aquello donde debemos fortalecer nuestra fe. 

Gracias a esos límites podemos atraer los intelectos de la Torá y la santidad del Shabat, para reconocer que la Creación es obra de Elohim (Likutey Halajot III, p. 102). 

 Bereshit bará Elokim 

 Nuestros sabios enseñan que el rey egipcio Ptolomeo les ordenó a los setenta ancianos de Israel traducir la Torá al griego. Al hacerlo, los ancianos alteraron la traducción de varios versículos para evitar una mala interpretación. 

Cambiaron el versículo “Bereshit bará Elokim - En el comienzo creó Elohim” y pusieron en su lugar “Elohim bará bereshit - Elohim creó en el comienzo”. De otra manera, Ptolomeo podría haber leído el versículo como “[Una entidad llamada] ‘En El Comienzo’ creó a Elohim” (Meguilá 9a). 

 El Rebe Najmán enseña que los ancianos tuvieron que alterar ese versículo porque, en su forma pura, la Torá es tan intensa que la persona que se encuentre lejos de Elohim no podrá comprenderla apropiadamente. Es por ello que la Torá, al igual que el Talmud y el Midrash, contiene narraciones e historias - estos son los vehículos a través de los cuales la luz de la Torá puede serles transmitida a personas relativamente simples y carentes de conocimiento. 

El Rebe agrega que ello explica por qué muchos Tzadikim conversan sobre temas mundanos con sus seguidores. Con ello les transmiten conceptos de Torá en un formato simple que pueden aferrar (Likutey Moharán II, 91). 

 Bereshit-La Expresión Oculta El mundo fue creado con Diez Expresiones (“Elohim dijo...”). Pero sólo nueve veces la Torá registra la frase “Elohim dijo”. Esto enseña que Bereshit es una Expresión Oculta (Rosh HaShaná 32a). 

 Así como Bereshit es una Expresión Oculta, la presencia de Hashem está oculta en la Creación. Cuando la Torá afirma: “La tierra estaba confusa y desolada, con la oscuridad sobre la faz del abismo, y el espíritu de Elohim sobrevolaba sobre la superficie de las aguas” (Génesis 1:2), ello nos da esperanzas. Pese a todo lo que puede abrumar a la persona y desestabilizar su vida, Hashem está con ella y la puede sacar de su confusión y caos (Likutey Halajot III, p. 213a). 

Este punto se hace más claro aún por el hecho de que la Torá nunca menciona la creación de las aguas, sólo que el espíritu de Hashem“sobrevolaba sobre la superficie de las aguas”. 

Aunque ciertas cosas de la Creación ocultan la Divinidad, siempre debemos saber que Hashem está presente (Ibid., p. 430). 1:1 En el comienzo creó Elohim los cielos y la tierra 

 Bereshit-La Tierra Santa ¿Por qué la Torá comienza con Bereshit? Si las naciones dicen, “Ustedes son ladrones, porque tomaron por la fuerza la tierra que les pertenece a las siete naciones cananeas”, debes decirles, “El mundo entero le pertenece a Hashem, Quien lo creó. Él puede darle la tierra a quien lo desee” (Rashi). 

 El poder para convencer al mundo de que la Tierra Santa nos pertenece yace enla Torá, que detalla la Creación de Elohim y Su propiedad. Sin la Torá, no tenemos reclamo alguno de la Tierra. ¿Qué sostuvo al mundo hasta que fue dada la Torá?Matnat Jinam - la bondad de Hashem, el Tesoro de Dones Inmerecidos. Para que podamos exponer la Torá y reclamar la Tierra debemos traer una Torá pura que debe ser hecha descender apropiadamente desde Arriba. 

Mediante la plegaria podemos acceder a esa Torá, rogando a Hashem y pidiéndole que haga descender Su bondad sobre nosotros - en lugar de pedir Su beneficencia diciendo que esperamos que nuestras plegarias sean respondidas debido a que lo merecemos. El primer tipo de plegaria es la ofrecida por los grandes Tzadikim tales como Moisés (ver Rashi sobre Deuteronomio 3:23). 

Tal plegaria es respondida desde el Tesoro de Dones Inmerecidos de Hashem - el mismo Tesoro que sostuvo al mundo hasta la entrega de la Torá. En cuanto al segundo tipo de plegaria, que demanda resultados en base a la recompensa por las acciones, aquel que la articula es comparable a un ladrón que demanda y toma lo que desea. Orar de esa manera niega el concepto del Tesoro de Dones Inmerecidos de Hashem y va en contra de los ideales de una Torá pura recibida a través de la Bondad. Más aún, dado que el Tesoro de Dones Inmerecidos es conceptualmente la Torá Oculta que sostuvo al mundo, tal persona demuestra que no se apoya en la Torá para su sustento. 

Así, las naciones que dicen que los judíos tomaron la tierra como ladrones tienen una queja legítima. Pero cuando Le oramos a Hashem para que nos otorgue de Su Tesoro de Dones Inmerecidos, afirmamos que la Torá sustenta al mundo, dándonos el derecho a la Tierra (Likutey Halajot VIII, p. 221b). 

 Bereshit-La Tierra Santa 

 Hashem creó el mundo para revelar Su voluntad. Si encontramos y revelamos Su voluntad, podremos conquistar la Tierra Santa. Más aún, cada lugar que conquistemos y transformemos en un lugar de santidad, tal como una sinagoga (cf.Meguilá 29a), revelará la voluntad de Hashem. Así, construir una sinagoga o algún otro elemento de santidad es equivalente a conquistar la Tierra Santa (Likutey HalajotI, p. 464). 

 Bereshit-La Tierra Santa 

 ¿Por qué la Torá comienza con el relato de la Creación en lugar de hacerlo con la primera mitzvá dada a los judíos, la declaración de la Luna Nueva? De acuerdo a Rashi, el relato de la Creación viene a enseñarnos que la Tierra Santa nos pertenece. En realidad, no podemos establecer y declarar la Luna Nueva sin conocer los misterios de la intercalación, que sólo pueden ser adquiridos a través de la santidad de la Tierra Santa y del ordenamiento de los Sabios que pueden declarar la Luna Nueva (Sanedrín 2a). 

De modo que la Torá debía comenzar con el relato de la Creación, para revelar la santidad de la Tierra Santa y poder así tomar esa santidad y esa capacidad de declarar la Luna Nueva (Likutey HalajotIII, p. 232). 2:2 En el séptimo día completó Elohim Su obra que Él había hecho. Y descansó en el séptimo día de toda Su obra que Él había hecho. El Séptimo Día Los seis días de la semana corresponden al Árbol del Conocimiento del Bien y Mal. 

El Shabat, el séptimo día, corresponde al Árbol de la Vida (cf. Zohar I, 27a). Daat (Conocimiento) consiste de tres grupos de conceptos opuestos: permitido y prohibido, apto y no apto, puro e impuro. Los seis días de la semana representan nuestro proceso de separar entre esos estados de ser para servir apropiadamente a Hashem. Por tanto son días de trabajo. Si la persona se arrepiente pero entonces cae debido a que no tiene un control pleno de sus emociones y de su intelecto, ese arrepentimiento corresponde a los días de la semana, al Árbol del Conocimiento en el que el bien y el mal están mezclados. 

 El Shabat, por otro lado, representa el Árbol de la Vida. Cuando la persona se arrepiente definitivamente, ello corresponde al Shabat, el “día de descanso” de los malos deseos. Las letras de la palabra ShaBaT (שבת) pueden reordenarse para formar la palabraTaShuV (תשב, “te arrepentirás”). El Shabat representa el verdadero arrepentimiento (Likutey Moharán I, 79). 

 El Séptimo Día Los seis días de la semana están divididos en tres pares (Bereshit Rabah11:8). Pero el Shabat está apareado con el pueblo judío. La persona que observa el Shabat puede regocijarse con su pareja, si así pudiera decirse (Likutey Moharán I, 277). Elohim hizo al mundo en seis días y descansó en el Shabat “Hizo al mundo” representa un “despertar desde abajo”, significando el esfuerzo del hombre para hacer y trabajar durante los seis días de la semana. 

“Descansó en el Shabat” representa un “despertar desde Arriba”, en que todo es hecho solamente por Hashem, pues Él muestra Su benevolencia aunque no llevemos a cabo un “despertar desde abajo” (Likutey Halajot III, p. 2). 

 En el séptimo día completó Elohim Su obra... Y descansó en el séptimo día ¿Qué le faltaba al mundo? Descanso. Llegó el Shabat y con él llegó al descanso (Rashi). El descanso que fue creado en el Shabat completó el Acto de la Creación. Pues el descanso que viene con el Shabat -el punto focal de los seis días de la semana- sustenta al mundo (Likutey Halajot II, p. 109a). 3:11 Y Él dijo: “¿Quien te ha dicho que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del Árbol del cual te ordené que no comieses?”. Adán comió del Árbol La impaciencia de Adán lo hizo pecar, trayendo la maldición de ganarse el sustento que es, en sí misma, un desafío diario a la paciencia del hombre. 

El Midrash llama a la impaciencia “ira” (cf.Bamidbar Rabah 19:9). Sólo mediante la paciencia es posible construir un muro protector para la riqueza. Aquel que se encoleriza pierde su riqueza. Más aún, la ira de Adán dañó la riqueza misma, haciéndola descender a un lugar de exilio. Así vemos que toda la riqueza del mundo había sido llevada a Egipto durante la hambruna, al lugar del exilio judío. En la época del Éxodo, el pueblo judío, que esperó la redención con gran paciencia, mereció llevarse toda esa riqueza (Likutey Halajot VII, p. 210). 

 Adán comió del Árbol 

 Hay una fuerza que acerca a la persona a Hashem y una fuerza opuesta que la lleva hacia el Otro Lado. Comer puede representar cualquiera de ambas fuerzas. Cuando Adán comió del Árbol, esa fue una acción que llevó a la muerte. En el extremo opuesto se encuentra el comer en santidad, que rectifica ese pecado y lleva a la vida (Likutey Halajot VIII, p. 137a). 

 Adán comió del Árbol 

 Al comer del árbol, Adán hizo que las chispas de santidad se dispersaran por el mundo entero. Ahora todo debe ser rectificado y purificado para retornar al ámbito de la santidad (Likutey Halajot II, 56a). Adán, Etz HaDaat Tanto el pecado de comer del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal como el pecado de la Generación del Diluvio, produjeron el mismo resultado: la mezcla del bien y del mal. Para rectificar los daños producidos por cada persona -que son resultado de la mezcla del bien y del mal- es necesario comer en santidad y elevarle plegarias a Hashem. 

Comer en santidad rectifica el pecado de haber comido del Árbol. La plegaria reactiva el Acto de la Creación, la santificación de la Tierra Santa. El diluvio de la época de Noaj no cubrió la Tierra Santa. Así, la plegaria es el medio para evitar las aguas del diluvio y las abrumadoras confusiones generadas por nuestros daños (Likutey Halajot II, p.16). El daño producido por Adán al comer El pecado de Adán yace en buscar la dulzura del alimento material en lugar de buscar su nutriente espiritual. 

En el día de Rosh HaShaná (el Sexto Día de la Creación, el día en que Adán y Eva fueron creados y pecaron), ambos cayeron presa de la astucia de la serpiente y se volvieron víctimas de su filosofía. Nosotros rectificamos el pecado de Adán al sumergir el pan en la miel en Rosh HaShaná, implicando que buscamos la dulzura espiritual de nuestro alimento y el deseo de dirigirnos hacia Hashem (Likutey Halajot II, p. 82).

viernes, 22 de septiembre de 2017

Noche



Durante la noche, cuando todos duermen, es el mejor momento para el hitbodedut (Meditación). Debes salir de la ciudad y seguir un sendero solitario hasta donde la gente nunca llega durante el día. Allí deberás primero liberar tu corazón y tu conciencia de todas las preocupaciones diarias. Luego deberás trabajar para eliminar todos tus rasgos negativos, uno tras otro, hasta que llegues a anular por completo todo sentimiento del yo. 

Primero trabaja sobre un rasgo, luego sobre otro y otro más, hasta que alcances el punto en que estés libre de todo individualismo y sentido de existencia independiente. Debes volverte una nada ante tus ojos. Entonces serás digno de alcanzar la verdadera anulación del yo y tu alma se unirá con su raíz. El universo entero se unirá contigo en su Fuente. Tú y el mundo entero se fundirán en la Unidad del Santo, bendito sea.

Consejo

lunes, 18 de septiembre de 2017

Plegaria e Hitbodedut: Meditaciones del Corazón


Servid a Hashem con todo vuestro corazón. Deuteronomio 11:13  
¿Cuál es devoción que se cumple con el corazón? ¡La plegaria! 

Taanit 2a En la estructura de las Diez Sefirot, Jesed (Bondad) hacia la derecha y Guevurá (Juicios) hacia la izquierda, vienen inmediatamente después de Biná (ver Apéndice C). Biná, directamente por sobre Guevurá, es de hecho la fuente de todos los juicios, como en (Proverbios 8:14), “Yo soy Biná; la fuerza [Guevurá] es mía”. Más aún, sabemos que Biná está enraizada en el corazón, que se sitúa levemente hacia la izquierda del cuerpo (Zohar I, 10b; Likutey Moharán I, 41)

A partir de esto podemos comprender que Biná, como fuente de Guevurá (fuerza), indica que el corazón tiene un tremendo poder que, apropiadamente canalizado, es capaz de dirigir a la persona hacia Hashem. 

El Rebe Najmán enseña así que cuando alguien despierta su corazón para servir a Hashem, tanto la fuerza como los juicios (que se encuentran en el corazón) lo inspiran con cálidas palabras. Conceptualmente, los juicios que uno enfrenta son los sufrimientos que uno debe soportar (por ejemplo, los problemas familiares, la confusión, las dudas, la adversidad; ver también más arriba, “El Torrente Sanguíneo”). Estos juicios inspiran a la persona para que examine sus pensamientos y sus acciones, para ver si están enraizados en el bien o, Hashem no lo permita, en el mal. 

Una vez que ha contemplado la verdad de sus acciones, y se ha visto estimulado a cambiar su comportamiento, o bien sus buenas acciones lo han inspirado a realizar más actos buenos, puede entonces llorar ante Hashem, con cálidas palabras de plegaria y con absoluta verdad (Likutey Moharán I.38:5; ver también ibid. 15:2). 

Este despertar del corazón en la plegaria mitiga los juicios, pues servir a Hashem con verdad en el corazón revela la elección (es decir, el buen juicio y sinceridad) de los deseos de la persona. Sus palabras de verdad actúan como guía para llevarla por el sendero que finalmente aliviará sus sufrimientos. Así el acto de orar nos confiere el poder de traer al mundo abundante bondad y bienestar, lo opuesto al juicio (Likutey Moharán I, 45, 46)

El Rebe Najmán enseña que la plegaria es el medio más efectivo para alcanzar una revelación de Divinidad dentro del corazón. Esto explica por qué la plegaria de la Amidá (las Dieciocho Bendiciones) es recitada en silencio: porque expresa el más profundo anhelo del corazón, que es algo oculto (Likutey Moharán I, 49:2,4)
Una de las más fuertes recomendaciones del Rebe Najmán consiste en aislarse en hitbodedut todos los días, sin falta. Hitbodedut es la expresión de las propias plegarias privadas y comunicación con Hashem, dichas en un lugar apartado. 

Cada persona debe elegir un momento del día para reflexionar sobre sus actos pasados; debe meditar sobre su situación presente y orar por el futuro. 

El Rebe sugiere disponer de una hora diaria para este propósito, pero uno puede (y debería) comenzar con períodos más cortos de tiempo, incluso cinco o diez minutos y más tarde, al ir avanzando, aumentar el tiempo. Las plegarias que se recitan durante el hitbodedut deben ser expresadas en la lengua madre, pues (Likutey Moharán II, 120) “al orar en la lengua madre, las plegarias fluyen más fácilmente desde el corazón”. 

En un sentido, practicar hitbodedut es también una manera de mitigar juicios en el corazón. No hay nadie que no sienta confusión, frustración, ira y culpa, y rara vez la gente encuentra una manera de expresar esto sin herirse a sí misma o a los demás, que en la mayoría de los casos son las personas más cercanas. 
La prescripción que da el Rebe del hitbodedut, juzgándose uno mismo, así como los propios pensamientos y acciones, permite expresar estos sentimientos de manera segura y positiva. 

Así enseñó el Rebe Najmán: El corazón es la fuente del juicio. La práctica del hitbodedut rectifica el corazón; ella establece el sentido adecuado del juicio dentro de la persona, al tiempo que reduce su potencial para el mal (Likutey Moharán I, 59:2). Esta forma de plegaria es un poderoso instrumento que ayuda alcanzar la espiritualidad. Permite que el individuo le exprese a Hashem todo aquello que le pesa en el corazón, sus sentimientos más profundos: su dolor, su alegría, su agradecimiento, su pena — todo aquello que se acumula en el corazón. 

A través del hitbodedut, la persona puede recolectar sus pensamientos, confrontarse a sí misma de manera directa y analizar su rutina diaria. Puede juzgar sus actos pasados, determinar su situación actual y prever su futuro. Y más importante aún, a través del hitbodedut puede articular estos pensamientos en una plegaria ante Hashem. 

El hitbodedut es una poderosa forma de auto expresión que no conlleva el sentimiento de vergüenza que se experimenta al confesarle las faltas a otra persona. El hitbodedut ayuda a eliminar las frustraciones que surgen de la presión de las emociones, sin tener dónde descargarlas. Hashem está siempre intimamente cerca, pues Él reside en nuestro corazón — dentro de nuestro “espacio vacío”. Y Hashem siempre escucha.

sábado, 16 de septiembre de 2017

Ánimo



Es necesario seguir este consejo cuidadosamente. Es un gran principio para todo aquél que desee acercarse al Santo, bendito sea, y no quiera perder por completo su recompensa eterna. Lo más importante es mantenerse lo más alejado posible de la depresión. La melancolía es la responsable de que la mayor parte de la gente se encuentre distante del Santo, bendito sea: pues pierden la esperanza al ver la seriedad del daño que han causado. 

Todos conocen su propio dolor. La mayor parte de la gente se abandona y pierde por completo la esperanza. Sus oraciones carecen de devoción y no tratan siquiera de servir al Santo, bendito sea, del modo en que solían hacerlo. Piensa cuidadosamente en esto, pues muchas almas se han hundido debido a ello. Perder la esperanza es lo peor de todo. Practica el camino de buscar los puntos buenos. Esto será una fuente constante de fortaleza que te permitirá orar con anhelo, vitalidad y alegría y retornar en verdad al Santo, bendito sea.

Consejo

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Meditación - Hitbodedut



Ya se ha explicado cuán importante es aislarse y orar, y cuán poderoso es este método. Este es el camino para acercarse al Santo, bendito sea. Todos deben disponer de un momento cada día para expresarse en el idioma natal delante del Santo, bendito sea. Es mucho más fácil decir aquello que uno quiere decir cuando se utiliza la lengua materna. 

Uno debe expresar todo aquello que está en su corazón, utilizando toda clase de argumentos y palabras que lo acerquen y le ganen el favor del Santo, bendito sea. Pídele que te acerque a Él. 

Cada individuo conoce su propio dolor y tristeza y la distancia que lo separa de Hashem. Es imposible expresar la verdadera grandeza de este método. Es superior a todo lo demás. Es el camino para servir al Santo, bendito sea, y con él todos podrán alcanzar el bien último en este mundo y en el Mundo que Viene. No hay nada que no pueda lograrse a través de la plegaria. 

Los más grandes Tzadikim debieron sus logros a esta práctica. Piensa en ello con cuidado y verás la grandeza de este sendero. Dispón para esto de una hora cada día, y el resto del tiempo vívelo con alegría – de esta manera serás bendecido en verdad.

 Consejo

lunes, 11 de septiembre de 2017

Comienzo



Lo más importante de cada cosa es su comienzo. 
Para explicar esto: “Todos los comienzos son difíciles” (Mejilta, BaJodesh 2), pues en ese momento la persona pasa de un extremo al otro. Pero después de haber comenzado, uno se acostumbra a aquello que ha comenzado y entonces el cambio ya no le es tan difícil. El trabajo espiritual diario de la persona y su temor a Hashem dependen también de cómo comience - dado que cada día deberá volver a recibir fuerzas del comienzo, del momento más difícil. 

Por lo tanto, es necesario comenzar nuevamente, cada vez, porque es posible que el comienzo no haya sido lo que debería haber sido; y de ser así, todo el trabajo espiritual también carecería de perfección, dado que todo sigue a su comienzo. 
Por lo tanto, deberá fortalecerse y despertar su corazón para comenzar nuevamente, cada vez, con entusiasmo ferviente y con una nueva determinación en el servicio a Hashem, como si nunca antes hubiese comenzado - para que su servicio a Hashem sea lo que debe ser, mediante el ímpetu y la fuerza del nuevo comienzo. De manera similar, siempre tendrá que considerar la posibilidad de no haber comenzado de la manera apropiada y tendrá que inspirarse con determinación para comenzar nuevamente, desde ese momento.

likutey moharan I

viernes, 8 de septiembre de 2017

El sabor de la luz oculta



Si deseas sentir el sabor de la luz oculta - los secretos de la Torá destinados a ser revelados en el futuro - deberás elevar el atributo del temor a su raíz. Esto se logra a partir del juicio (mishpat), que es aspecto de la meditación (hitbodedut) y de la conversación con el Santo, bendito sea. Expresa delante de Él todo lo que tengas en tu corazón. Examínate y júzgate a ti mismo. Considera aquello que estás haciendo. 

De esta manera serás capaz de eliminar los temores a todo lo que no sea el Santo, bendito sea, (llamados "temores caídos") y serás capaz de elevar tu miedo y de experimentar el verdadero temor al Cielo. Cuando la persona no se examina ni se juzga a sí misma, es juzgada desde arriba. Hashem tiene muchas formas de ejecutar Sus juicios. Él tiene el poder de vestirlos con cualquier cosa en el mundo, pues todas las cosas son Sus mensajeros, y Él puede utilizar el medio que elija para ejecutar Sus juicios. Es posible corroborarlo en la práctica. 

Cuando algo malo le sucede a una persona, la causa particular que genera el problema es en general algo aparentemente insignificante. Uno nunca hubiera esperado que algo tan pequeño fuera a producir semejantes consecuencias - enfermedades, sufrimientos y demás. 

La explicación es que el decreto Divino emitido en contra de la persona se ha vestido con estas circunstancias mundanas para castigar a la persona. Pero cuando ella se juzga a sí misma por su propia voluntad, el decreto superior es anulado. No hay entonces necesidad de temerle a nada. 

Los objetos y los eventos del mundo ya no serán utilizados como un velo o una vestimenta para ejecutar los decretos del Santo, bendito sea. Al juzgarse a sí misma la persona ha eliminado el juicio superior. Ya está lo suficientemente consciente como para no necesitar que las cosas de este mundo la sacudan y despierten. Esto es lo que quiere decir elevar el temor a su raíz.

Consejo

miércoles, 6 de septiembre de 2017

LOS PUNTOS BUENOS



Juzga a todos favorablemente (Avot 1:6). Esto promueve la paz (Rashi). .Aquel que juzga favorablemente a los demás también él es juzgado favorablemente (Shabat 127b)


Hashem mira siempre lo bueno. Aunque haya cosas que no lo sean tanto, – sólo busca el bien. 

Cuánto más debemos nosotros entonces evitar concentramos en las faltas de nuestros amigos. ¡Estamos obligados a buscar sólo lo bueno, siempre! (Likutey Moharan II, 17). 

                                             ¡AZAMRA! 


Enseña el Rebe Najmán: Debes saber que es necesario juzgar a toda la gente de manera favorable. Aun en el caso de un gran pecador, debe buscar hasta encontrar algo bueno en él, algún pequeño aspecto en el cual no es pecador. Haciendo ésto, se lo eleva y se lo coloca prácticamente en el lado del mérito. Y de esta manera puedes traerlo de retorno hacia Hashem. 


Esto puede deducirse del siguiente versículo: “Porque un poco aún y el pecador no será; y te fijarás en su lugar, y él no estará allí” (Salmos 37:10). Si encuentras aunque más no sea un poco de bien, entonces el pecador ya no lo es, no es más culpable; búscalo en su lugar y él ya no está allí, sino que ahora se lo puede encontrar en el lado del mérito (Likutey Moharán I, 282)


De esta manera comienza la lección del Rebe Najmán conocida como ¡AZAMRA! Probablemente esta sea la lección más importante de todo Likutey Moharan y es la única sobre la cual el mismo Rebe aconseja: “¡Anda siempre con esta enseñanza!” ¡Recuérdala y practícala siempre! ¿Y por qué es tan especial el mensaje de esta lección? 


La facultad de juzgar es una de las herramientas más poderosas del hombre. Si supiésemos cuán potente es, de seguro seríamos más cuidadosos en su utilización. Enseña el Rebe, en otra parte, que juzgar a los otros puede destruir el mundo. 


Si una persona encuentra una falta en otra, este juicio la puede condenar (Likutey Moharan I, 3). ¡Piénselo! Su evaluación, su opinión y su juicio respecto de los demás tiene el poder tanto de elevarlos como de degradarlos. El problema estriba en que la crítica surge fácilmente. Demasiado fácilmente. Siempre podemos encontrar fallas en lo que los otros hacen o dejan de hacer. 


No es difícil encontrar motivos ocultos hasta en el más meritorio de los actos. Y ésto es cierto especialmente cuando escuchamos calumnias. Entonces, todos saltan al tren, condenando al ofensor por sus faltas. Debemos comprender que cada palabra dicha respecto de otra persona es, de alguna manera, una forma de juicio. Si en nuestro juicio encontramos los puntos buenos y nos concentramos en lo positivo, podemos hacer que el mundo, todo el mundo, se incline hacia el lado del mérito y lo valioso. Pero, también lo contrario es verdad. 


Al juzgar a los demás, si encontramos fallas y nos concentramos en lo negativo, podemos llevar al mundo, a todo el mundo, hacia la falta de mérito y valor. Es por ésto que debemos tratar siempre de buscar lo bueno en los demás, inclusive en la peor persona que conozcamos. Tal énfasis sobre sus rasgos positivos lo afectará debido a que, tal como dijo el Rebe Najmán, nuestro juicio favorable “de hecho lo eleva hacia el lado del mérito.” 


Luego de la publicación de su Likutey Tefilot (Colección de Plegarias), sus seguidores le sugirieron a Rabí Natán que debería ser conocido como el Señor de la Plegaria (tal como el personaje principal de la doceava historia del libro Rabbi Nachman ‘s Stories, titulada “El Señor de la Plegaria.”) Rabí Natán contestó: “El Señor de la Plegaria es el Rebe Najmán. 

Si yo fuese considerado como uno de los hombres del Rey, sería el Bardo, el cantante de alabanzas. ¡Y ésto es así pues puedo llegar a encontrar mérito incluso en una persona que haya transgredido 800 veces toda la Toráh!” (Siach Sarfei Kodesh I-591). 

                          INCLUSO NUESTROS ENEMIGOS 


No juzgues a tu compañero hasta no estar en su lugar (Avot 2:5). Juzgar a los demás de manera favorable se aplica no sólo a los pecadores, sino también a nuestros enemigos, aquellos que podrían llegar a hacernos daño. En la mayoría de los casos, la enemistad entre dos personas surge de pequeños celos. Puede ser que yo esté celoso de mi compañero porque él tiene más o ha logrado más que yo o bien él envidia lo que yo tengo o lo que he logrado. No somos iguales en el ámbito de los celos. De serlo, no habría razón alguna para la envidia. Y de hecho, yo debo elevarme a su posición o, si él se encuentra en un nivel inferior al mío, debo elevarlo a él y hacerlo mi igual. ¿Cómo? Fácilmente, juzgándolo de manera favorable. Entonces, cuando no existan más las diferencias entre nosotros, no habrá lugar para los celos y nada por lo cual pelear (Likutey Moharan I, 136). 


A primera vista, este concepto puede ser algo difícil de aceptar. No puede negarse que los celos son una emoción muy destructiva cuyos efectos pueden ser tremendos. La envidia es la madre del conflicto. Pero, por el contrario, juzgar a una persona de manera favorable puede traer armonía. 

Buscando siempre los puntos buenos en los demás, juzgándolos como meritorios y concentrándonos en sus virtudes, podemos eliminar el ciclo de enemistad y conflicto. Y, si en lugar de aferramos a nuestra cómoda opinión y de ser posesivamente protectores de nuestras cosas y logros, le otorgamos a la otra persona el beneficio de la duda, podemos modelar una vida mucho mejor y más pacífica, para nosotros y nuestras familias. 

                               Y NOSOTROS MISMOS 


“Muy bien” diría usted. “Entonces juzgaré a mi prójimo de manera favorable. Puede ser que él sea una buena persona. La verdad es que no conozco sus verdaderas motivaciones ni aquello que lo lleva a actuar de la manera en que lo hace. Pero no puedo decir lo mismo de mí. Yo conozco qué es lo que me motiva. Y créanme, no hay forma, ni manera alguna en que yo pueda decir honestamente que también yo soy una buena persona.” Mucha gente tiene esta manera de razonar. Incluso hay personas que aunque en su aspecto exterior parecen seguras y positivas respecto de ellas mismas, cuando se las apura, admitirán que encuentran difícil juzgarse de manera favorable. 


Se conocen muy bien a sí mismas y es muy posible que su autoevaluación sea acertada. Puede ser que sus buenas obras estén motivadas por el deseo de fama y fortuna. Pero la pregunta sigue siendo la misma: ¿Será correcta su conclusión, su creencia en que no son una buena persona? El Rebe diría: “¡No!” 


                                          ¡AZAMRA! 


 Enseña el Rebe Najmán: También debes encontrar los puntos buenos dentro de ti. Debes estar siempre alegre. Puede ser que al examinarte no encuentres ningún punto bueno con el cual alegrarte, ni Toráh, ni mitzvot, ni actos buenos, etc. No debes permitirte entonces caer en la depresión. En lugar de ello, continúa buscando algún acto bueno. Debe haber algo bueno. Aunque encuentres que tus actos “no son puros,” que fueron motivados por pensamientos impropios o con segundas intenciones, al menos busca los aspectos positivos en las cosas que has hecho. Algún aspecto de tus actos debe haber sido positivo. Y de no serlo, ¡puedes al menos alegrarte de que eres un Judío! 


Y este punto bueno no puede tener ninguna falla pues fue obra de Hashem (Likutey Moharan I, 282). Reb Meir de Teplik estaba de visita en casa de Rabí Natán. Al ser interrogado respecto de cierta persona que vivía en Teplik, Reb Meir respondió de manera displicente, como diciendo que no había mucho que hablar respecto de ese hombre. Rabí Natán le dijo: “Si observas las cosas de manera negativa y con una mirada desfavorable, encontrarás fallas en todo el mundo. Piensa en la gente que vive en Teplik. 


Comienza con aquella persona que vive en las afueras de la ciudad. Si miras detenidamente, de seguro le encontrarás alguna falta. Luego continúa de casa en casa hasta que llegues a tu casa. ¿Eres tú el único buen Judío del pueblo ¿Yo? Yo tampoco soy muy recto,” se apuró en contestar Reb Meir. “Y si tú no lo eres, ¿quién entonces lo será?” preguntó Rabí Natán. Pero si miraras al mundo de manera favorable,” continuó, “encontrarías el bien hasta en la peor persona; y por supuesto en todos los demás” (Kojavey Or, pg. 75). 


El fracaso es uno de los principales motivos de la depresión en las personas. Un asunto de negocios falla, una relación que se está intentando no se concreta. “Otra vez fallé” es lo que usted vuelve a pensar. Un conflicto familiar lo preocupa; es una nimiedad, pero lo deja ansioso. A veces se despierta con la sensación que ese día todo le saldrá mal. Hay que tener cuidado. No es bueno permitir que un sentimiento de fracaso o inclusive de falta, se haga fuerte en usted. Pues de permitirlo, uno se vuelve pesimista y ésto llama a otros fracasos. ¿Y qué otra cosa puede hacer? Puede buscar un punto bueno. 


Recargarse con optimismo y un pensamiento positivo. ¡Usted tiene valiosas cualidades! ¡Usted puede lograrlo! Adoptar esta actitud lo ayudará a recuperarse de las caídas. Y llegará a triunfar inclusive en aquellas áreas donde las cosas andaban muy mal. El Rebe Najmán enfatizaba mucho este concepto. “Uno debe siempre buscar lo bueno…” repetía una y otra vez. Hay que ser optimistas, siempre. ¡Nunca desesperar, nunca dejarse caer! Cualquiera sea el bien que encuentre, guárdelo. Esto lo ayudará a descubrir su propia y única reserva de vitalidad. Al igual que todos los seres humanos, usted posee una fuerza interior increíble, una fuente casi inagotable de energía, parecida a una batería recargable, la que lo propulsa hacia adelante. ¿Y cómo se la enciende? ¿Cómo se hace para ponerla en marcha? 


Esto es lo que el Rebe Najmán viene a enseñamos: Comience buscando lo bueno. Concéntrese sólo en sus puntos buenos. ¡No desespere! Usted puede lograrlo. ¡Usted triunfará! 

Cierta vez el fuego arrasó una parte del pueblo de Breslov. Al pasar por el lugar Rabí Natán y sus seguidores observaron que uno de los desdichados propietarios, llorando amargamente, recorría los escombros de su destruida vivienda con la esperanza de encontrar algo, cualquier cosa, con lo cual volver a reconstruir su hogar. Reb Noson comentó: ¿Ven lo que está haciendo? Aunque su casa ha sido destruida, no abandona la esperanza. 

Este hombre intenta recuperar todo lo que le sea de utilidad para reconstruir su vivienda. Lo mismo vale en el plano de la espiritualidad. El Malvado lucha contra nosotros y trata de destruir toda la santidad que hayamos podido construir, haciendo que cometamos algo que va en contra de la voluntad de Hashem. Aun así, al caer y cuando parece que ya no hay solución, no debemos nunca abandonar la esperanza. Debemos tomar los pocos puntos buenos y juntarlos de en medio de los pecados. Esta es la manera de retornar a Hashem (Kojavey Or Pg.78). 


Enseña el Rebe Najmán: La persona debe verse reflejada en los versículos de los Salmos, e interpretarlos como si hablaran de ella misma. Debe observar las palabras como referidas a su persona y a su situación específica. En relación a ésto alguien preguntó al Rebe cómo era posible aplicar a sí mismo todos los versículos. Por ejemplo, ¿qué sucede con aquellos versículos donde el Rey David se alaba a sí mismo, como cuando dice: “Hashem, guarda mi alma porque soy piadoso?” (Salmos 86.2). 


El Rey David podía decir ésto sobre sí mismo, pero no había manera de que este hombre pudiese decir honestamente lo mismo de sí. El Rebe contestó: “La persona debe juzgarse siempre a sí misma de manera favorable. Esto le permite ser piadosa al menos en ese punto bueno. Esto podemos observarlo en nuestra liturgia diaria. Primero decimos ‘ ¿Quiénes somos nosotros? ¿Qué es nuestra vida? ¿Cuál es nuestra rectitud?’ Luego decimos: ‘Pero somos hijos de Avraham, ltzjak y laacov…’ De esta manera nos alabamos y encontramos algún punto bueno en nosotros. ¡Y ésto nos lleva a servir a Hashem (Likutey Moharan II, 125). 


Cierta vez, alguien se acercó al Rebe Najmán quejándose de la amargura de su vida. Este hombre quería acercarse a Hashem y corregir su camino, pero cada vez que lo intentaban las tentaciones se hacían más fuertes. Los días pasaron a ser semanas y las semanas pasaron a ser años, y el hombre aún no había podido lograr mejorar en sus devociones hacia Hashem. El Rebe trató de animarlo, pero fue en vano. El hombre continuaba quejándose de su suerte. 


Le dijo entonces el Rebe: “Dado que es todo ¡está claro que no hay nadie con quien yo pueda hablar!” El hombre reaccionó ante ésto: “¡Pero yo sí trato! Trato de cambiarme a mí mismo. ¡No soy totalmente malo!” Escuchando ésto, el Rebe le dijo: “¡Ajá! Ahora debes utilizar la lección de ¡AZAMRA! Utiliza tus puntos buenos para lograr inspirarte.” La intención del Rebe Najmán era que la persona misma dijese que no todo estaba perdido; que aún tenía deseos de cambiar su camino. Al sentirse distante de Hazme. el hombre comienza a pensar que nunca podrá lograrlo. 


Al desafiar a todos los hombres de la misma manera en que desafió a este hombre, el Rebe nos fuerza a reconocer que sí tenemos puntos buenos. Y una vez que ésto queda establecido, somos capaces de continuar hacia adelante (Tzaddik #569). Aconsejaron nuestros Sabios: “Cada persona debe decir: el mundo fue creado sólo para mí” (Sanhedrín 37a). ¿Qué significa ésto? Quiere decir que cada persona es importante y en especial usted. Es verdad. Usted está primero. El mundo fue creado para usted. 


Lo único que sucede, explica el Rebe Najmán, es que este privilegio conlleva una responsabilidad. Debido a que el mundo fue creado para mí, debo ocuparme de su rectificación. Yo soy responsable por el mundo (Likutey Moharan I, 5:1). Rabí Natán no sólo estudió las enseñanzas del Rebe Najmán, sino que también las vivió. Encontrar los puntos buenos es un tema que aparece una y otra vez a lo largo de sus discursos en el Likutey Halajot. Transformó la lección ¡AZAMRA! en una guía práctica para mejorar las relaciones con la familia, los amigos y los vecinos, y por supuesto con cualquiera que uno pudiera llegar a encontrar. 


Piense cómo la mayor parte de los conflictos en el hogar, que son la más común y más dañina forma del desacuerdo, serían eliminados de inmediato si sólo pudiéramos ver los puntos buenos y concentramos solamente en las cualidades positivas de nuestra esposa e hijos. El Rebe Najmán insistió: “¡Nunca desesperes!” (Likutey Moharan II, 78). 


No importa lo que haya sucedido, no importa cuánto se haya alejado, ¡nunca desespere! Agrega Rabí Natán: Siempre puedes encontrar maneras de retomar a Hashem. Si has comenzado, continúa. Y si no has comenzado a servir a Hashem, ¡comienza ahora! (Likutey Halajot, Masa uMatán 4:16). Rabí Natán reconoció nuestra necesidad de encontrar hitjazkut (apoyo y ánimo). 


Pero, así y todo, cada vez que habla sobre el apoyo que podernos obtener de los demás, inevitablemente apunta al apoyo que debemos conseguir de nosotros mismos. En última instancia, no importa cuánto apoyo podamos obtener de los demás (del Tzadik, nuestra familia, los amigos, etc.) todo se resume en cuánto nos preocupamos de nosotros mismos. Por lo tanto, escribe : Después de todo, si no eres tú el que se apiade de ti mismo, ¿quién lo hará? (Likutey Halajot, Netilat ladaim liSeuda 6:37). 


Y a ésto agrega Reb Noson: ¡Hasta una pequeña gota de bien nunca se pierde! ¡Nunca! Enseñan nuestros Sabios: “Si has buscado y encontrado, créelo” (Meguilá 6b). ¿Por qué “créelo”? Si lo he encontrado, entonces ya lo sé. ¿Qué importancia tiene el creerlo? Pero éste es el asunto. No importa cuánto uno busque lo bueno, siempre se puede llegar a pensar que aún no se ha logrado u obtenido nada. Puede ser que ahora se sienta más alejado de su objetivo de lo que estaba antes de comenzar. Es con ésto en mente que nuestros Sabios enseñaron específicamente: “¡créelo!” Cree que has encontrado algo bueno, ¡aunque no lo puedas ver! (Likutey Halajot, Birjat HaPeirot 5:1,2).


Así ilustra Reb Noson la manera en que podemos llegar a percibir ese bien y en el proceso descubrir que poseemos mucho más bien de lo que creíamos: Siempre que perdemos algo importante, algo que necesitamos con urgencia, nos dedicamos a buscarlo. Miramos por todos lados y finalmente lo encontramos. Sucede a menudo que en la búsqueda hallarnos otros objetos “perdidos,” cosas que habíamos “olvidado” y no recordábamos que poseíamos. 


Lo mismo sucede con la persona que busca sus verdaderos puntos buenos en el Judaísmo. En el transcurso de su búsqueda encontrará inevitablemente, dentro de sí, otros puntos “perdidos.” 

Y que son suyos solamente. Para su sorpresa verá que posee una gran cantidad de “pequeñas y buenas cualidades” (Likutey Halajot, Birjat HaPeirot 5:4). 

                                     PUNTO A PUNTO 


Cada uno de nosotros posee algún punto bueno que es único y propio. Respecto a esta cualidad o aspecto de su ser, usted es un “Tzadik.” Y lo mismo es verdad respecto de su amigo. En relación a su punto bueno, él es un “Tzadik.” Cada uno de ustedes es virtuoso y recto respecto de un atributo diferente. Hágase a la costumbre de hablar con un amigo, diariamente, sobre el servicio a Dios. De esta manera podrá recibir del punto bueno de su amigo, al tiempo que comparte el suyo con él (Likutey Moharan I, 34:4). Escribe Rabí Natán: La mejor manera de obtener conocimiento es iluminando los corazones de nuestros amigos Judíos con la fe y el conocimiento de que Hashem está aquí, esperando que volvamos a Él. Esto puede lograrse mediante la camaradería y la unidad, en la ayuda mutua para alcanzar la verdad (Likutey Halajot, Netilat ladaim LiSeuda 6:49). 


Aquél que quiera tener verdadera piedad de sí mismo y pensar en su objetivo último, debe comenzar cada día de nuevo, como si recién hubiera nacido. El día de hoy es todo lo que cuenta. Comience nuevamente. Desde el principio. Cada Judío, en tanto esté orgulloso de su Judeidad, de seguro que realiza al menos algunas mitzvot cada día. 


Oramos, estudiamos algo de Toráh, damos un poco de caridad, hacemos algún acto bueno; algunos más y otros menos pero todos realizamos algo valioso cada día. Es esencial comprender que el pasado se ha ido, que el futuro aún no ha sucedido y que el presente es en esencia todo lo que tenemos para trabajar. Hoy, el día de hoy, nunca existió y nunca volverá a existir. Como una nueva creación, nos da la oportunidad de comenzar otra vez. Si éste es el caso, entonces lo importante es recordar que: ¡HOY ES TODO LO QUE CUENTA! (Likutey Halajot, Kiriat HaToráh 6:17). 


Enseña el Rebe Najmán: La gente considera que el olvido es una falla. Yo lo considero una gran ventaja. Si la persona no olvidara, le seria imposible servir a Hashem. Recordar todas sus transgresiones le impediría levantar la cabeza [y comenzar nuevamente]. Pero con el olvido, la persona puede dejar el pasado y encarar el futuro [con esperanza] (Rabbi Nachman's Wisdom #26). 


Rabí Natán ilustra ésto con la siguiente ley: Durante la semana se lee en la sinagoga un pequeño pasaje correspondiente a la sección semanal de la Toráh que se leerá ese Shabat, de manera completa, en la sinagoga. Sin embargo, aunque ya se lo ha leído en la tarde del Shabat anterior y en la mañana del Lunes y del Jueves, no se lo deja de leer en la mañana del Shabat, cuando la porción entera de la Toráh debe ser leída del principio al fin. [Bien podríamos no incluir aquello leído durante la semana y comenzar desde donde dejamos el jueves en la mañana]. Esto ilustra la importancia de comenzar siempre de nuevo. 


La persona no debe mirar hacia su pasado. Cualquier cosa que haya pasado, buena o mala, ya no existe. Ahora es tiempo de encarar hacia adelante, olvidando todo lo que pudo haber sucedido. Comience nuevamente. Estudie Toráh, eleve sus plegarias con fervor, realice las mitzvot. El pasado se ha ido. Mire, con verdad, hacia el futuro (Likutey Halajot, Kiriat HaTora 6:17). 


Extracto de la Obra del Rebe: Cruzando el Puente Angosto

lunes, 4 de septiembre de 2017

Simpleza



La sofisticación puede ser muy dañina. Los pensadores quedan fácilmente atrapados en su propia sabiduría. Aléjate de la sabiduría de esta gente "importante" que cree que conoce grandes verdades en el servicio a Hashem. Su sabiduría no es más que locura. Toda su sofisticación es innecesaria en el servicio al Santo, bendito sea. 

Lo más importante es ser puro y simple y tener una fe pura en Hashem y en Sus Tzadikim. Aunque es verdad que debes cuidarte y ser puro y simple, no hay necesidad de caer por ello en una actitud simplista. Pero así y todo, la sofisticación es absolutamente innecesaria. La simpleza, la pureza y la fe pueden darte una gran alegría.

La mayor sofisticación es trabajar para evitar la sofisticación.

Consejo

La Parasha del Rebe: Ki Tavó



Devarim (Deuteronomio) 26:2 “Entonces tomarás de las primicias de todos los frutos del suelo, que recogieres de la tierra que Hashem, tu Señor, te da, y las pondrás en un canasto, e irás al lugar que escogiere Hashem, tu Señor, para hacer habitar allí Su Nombre”.

Las primicias de todos los frutos

Estas cosas no tienen una cantidad fija: peá [es necesario dejar para los pobres una esquina del campo durante la cosecha], bikurim [las primeras frutas de cada estación, que son dadas al Cohen] y raion [el ascenso a Jerusalén durante las Tres Festividades] (Peá 1:1). Todos estos regalos son actos de caridad y representan la “primera caridad” - i.e., el comienzo de lo que uno da para caridad.

Cuando Adán comió del Árbol del Conocimiento, corrompió el alimento e hizo que las chispas de santidad quedasen atrapadas allí. Ahora, sus descendientes deben trabajar la tierra para producir el alimento, rectificando y elevando las chispas. Sin embargo, la caridad correspondiente a peá y bikurim es extremadamente difícil de dar, porque la cosecha contiene muchas chispas de santidad que esperan ser elevadas. La caridad de peáeleva esas chispas y endulza el decreto contra Adán. La caridad de los bikurim es más grande aún, dado que los bikurim son llevados al Templo donde brilla el Rostro de Hashem, despertando así el Favor Divino. Cuando ascendemos al Templo durante las Tres Festividades, invocamos el Favor Divino y merecemos ver el Rostro de Hashem (Likutey Halajot I, p. 270-136a).

26:15 “Mira desde Tu Santa morada, desde el cielo y bendice a Tu pueblo Israel y al suelo que nos has dado, como juraste a nuestros padres, tierra que mana leche y miel”. 

Mira desde Tu Santa morada

Esta frase indica la revelación de la Providencia Divina, que se manifiesta principalmente en la Tierra Santa (Likutey Moharán I, 234:3).

27:9 Y Moisés con los Cohanim entre los Levitas habló a todo Israel, diciendo: “¡Oye y escucha, oh Israel!, hoy has venido a ser un pueblo para Hashem, tu Señor”.

Oye y escucha... hoy has venido a ser un pueblo

“Oye y escucha” - primero debes oír. Entonces comprenderás (Berajot 63b).

Cada día debe ser como “hoy”, el día en el cual entraron en el pacto con Hashem (Rashi).

Estos dos comentario se complementan entre sí, pues es necesaria mucha atención y esfuerzo para lograr una renovación diaria (Likutey Halajot VIII, p. 146a-146b).

28:47 “Por cuanto no serviste a Hashem, tu Adón, con alegría y con regocijo de corazón cuando abundaba todo”. 

Por cuanto no serviste a Hashem, tu Adón, con alegría

Cuando una persona se regocija con la alegría de una mitzvá -tal como el estudio de la Torá o el cumplimiento de buenas acciones- esa alegría es tan grande que llega hasta sus pies y los levanta - i.e., comienza a bailar de alegría. De manera similar, aquel que sirve a Hashem con alegría puede llegar hasta los niveles más bajos y elevar las almas que han quedado atrapadas allí debido a sus pecados (Likutey Moharán II, 81).

domingo, 3 de septiembre de 2017

Viajando



Cuando una persona tiene corazón no hay lugar que pueda llegar a ser una barrera para su servicio al Santo, bendito sea. No es excusa decir que en ciertos lugares las barreras son tan grandes que hacen imposible servir a Hashem. Cuando la persona tiene un corazón, todos los lugares del mundo son suyos.

Consejo