domingo, 10 de diciembre de 2017

La Parashá del Rebe: Miketz



Bereshit / Génesis: 41:2 Y subían del río siete vacas saludables y gruesas de carnes y pacían en la ribera. Siete vacas saludables... siete vacas enjutas 

 Las siete vacas saludables en el sueño del faraón representan a la plegaria, como en “Siete veces al día Te alabo” (Salmos 119:164). 

Las siete vacas enjutas representan los pensamientos que abruman a la persona durante la oración, haciéndole pensar que esas plegarias no valen nada. Generalmente y ante ello, la persona se fortalece y comienza a orar nuevamente, pero otra vez se levantan los malos pensamientos y la vuelven a disturbar. El faraón encontró la solución para su sueño confiando en Iosef, el Tzadik. Iosef nos enseña a aferrarnos al bien cada vez que se presenta y a guardarlo, para que con él podamos enfrentar las dificultades que puedan acaecer más tarde (Likutey Halajot III, p. 20a-40). 

 41:38 El faraón les dijo a sus servidores, “¿Podrá haber otro hombre como éste que tenga el espíritu de Hashem en él?” No hay nadie tan entendido y sabio como tú Cierta vez alguien le preguntó a Reb Moshé Breslover (un importante discípulo del rabí Natán) sobre el Tzadik emet (el verdadero Tzadik) del cual el Rebe Najmán siempre habla en sus lecciones. “¿A quién puede estar refiriéndose el Rebe Najmán?”, se preguntó el hombre. Reb Moshé le contestó que incluso el faraón era más sabio que él. 
El faraón comprendió que dado que Iosef hablaba de un hombre sabio que podía supervisar la producción de alimentos en Egipto, era lo suficientemente sabio como para ser esa misma persona. Si el Rebe Najmán siempre habla del verdadero Tzadik, entonces él debe tener esa cualidad especial que lo hace un verdadero Tzadik (tradición oral de Breslov). 

 42:6 Iosef era el gobernador de la tierra; era él quien proveía de grano a todo el pueblo de la tierra. Vinieron, pues, los hermanos de Iosef y se le postraron rostro a tierra. Iosef era el gobernador... era él quien proveía de grano La palabra shalit (gobernador) corresponde al juicio Divino y a la sefirá de Guevurá. “Proveía de grano” indica la benevolencia Divina y la sefirá de Jesed. 

El Tzadik es el único que sabe cómo combinar apropiadamente esos dos atributos (Likutey Moharán I, 80). 

 43:14 “Que El Shadai les conceda misericordia delante del hombre, para que les devuelva al otro hermano de ustedes y a Benjamín. Y en cuanto a mí, conforme he estado privado de mis hijos, privado vuelvo a estar”. Que El Shadai les conceda misericordia delante del hombre A veces Hashem hace que la persona sufra para inducirla al arrepentimiento. 

En tal caso, Hashem de hecho está siendo compasivo. Pero Iaacov oró, “Que El Shadai les conceda misericordia”. Es decir, que la misericordia de Hashem sea la clase de compasión que nosotros entendemos naturalmente como compasión (Likutey Moharán II, 62). 

 44:2 “Y coloca mi copa, la copa de plata, en la boca del costal del menor, juntamente con el dinero de su grano”. Y él hizo conforme a la palabra que Iosef había hablado. La copa de Iosef La guevia (copa) simboliza tremendos niveles de compasión Divina. La palabra GueVia (גביע) contiene las letras iud-guimel (י-ג) y ain-bet (ב-ע). Iud-guimel, que tienen el valor numérico de 13, aluden a los Trece Atributos de Misericordia; ain-bet, que tienen el valor numérico de 72, representan el Nombre de Hashem de Setenta y dos Letras que engloba esos Trece Atributos. 

Los hermanos de Iosef experimentaron difíciles momentos debido a la copa, pero esa copa también fue el vehículo a través del cual Iosef se reunió con sus hermanos, trayendo una gran compasión y amor. Así, vemos cómo el sufrimiento profundo puede llevar a tremendos niveles de compasión Divina (Likutey HalajotII, p. 312).  

44:3 Por la mañana, los hombres fueron despachados, ellos y sus asnos. Por la mañana, los hombres fueron despachados, ellos y sus asnos La “mañana” corresponde a Abraham, que está asociado con la sefirá de Jesed (Bondad). Con la aparición de la bondad Divina, es posible dejar detrás los rasgos negativos, la calumnia y los bajos deseos materiales (Likutey Moharán I, 38:4).

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