miércoles, 25 de octubre de 2017

La Parashá del Rebe: Lej Lejá



Bereshit (Genesis)12:1 Hashem le dijo a Abram, “Vete de tu tierra y del lugar de tu nacimiento y de la casa de tu padre, a la Tierra que Yo te mostraré”. 

 Vete de tu tierra y del lugar de tu nacimiento y de la casa de tu padre... Haré de ti una gran nación, Te bendeciré y haré que tu nombre sea grande.

  Hashem no le reveló a Abraham cuál era la Tierra, para aumentar así su amor por ella (Rashi)
Los desafíos que debió enfrentar Abraham también deben ser afrontados por sus descendientes. 
LejLeja significa literalmente “Ve hacia ti” - ve hacia tu alma. Que es tu verdadero yo. Que todos tus viajes y búsquedas se centren en descubrir tu alma y su raíz. 

¿Cómo es posible lograrlo? 

Yéndote “de tu tierra” - alejándote del materialismo, de las atracciones físicas de este mundo. No importa cuán profundamente pienses que has descendido en la existencia material, debes saber que también puedes dejarla detrás. “Del lugar de tu nacimiento” - de donde hayas nacido y fuiste criado. “De la casa de tu padre” - de tu familia, amigos y vecinos. Aunque tus comienzos hayan sido humildes puedes anhelar por grandes alturas. 

No es necesario que cargues siempre con tu historia. “Vete... a la Tierra que Yo te mostraré”, es la prueba más importante para la persona en este mundo. Hashem no le muestra a la persona inmediatamente aquello que ha logrado, porque de conocer la recompensa por sus esfuerzos no tendría más libertad de elección. 

Por lo tanto Hashem no le indica la dirección, dejando que busque por sí misma. Aquel que se mantenga firme encontrará finalmente “la Tierra” -el objetivo que debe alcanzar- y en especial el objetivo final, el Mundo que Viene. 

 “Haré de ti una gran nación” - podrás superar a tus enemigos. 
“Te bendeciré” - traerás todas las bendiciones para beneficio de la humanidad. “Haré que tu nombre sea grande” - merecerás un conocimiento deHashem sin precedentes. “Serás una bendición” - porque aquel que busca servir a Hashem se mantiene firme en sus devociones pese a todos los obstáculos que deba enfrentar. 

Así, siempre será bendecido y se sentirá bendecido. De modo que Abraham llevó a Lot consigo. Lot representa la mala inclinación. Incluso si la persona domina su mala inclinación y cumple con la palabra de Hashem, las fuerzas del mal siempre están dispuestas, asegurando la continua existencia de la libertad de elección. 

Tan pronto como Abraham entró a la Tierra, se desató una hambruna que lo obligó a descender a Egipto. También esto fue una prueba, forzándolo a dejar el ámbito de la santidad que había adquirido tan poco tiempo antes. Lo mismo sucede con cada persona. Pero, al retornar al ámbito de la santidad, uno trae consigo “ganado, plata y oro” (Génesis 13:2) - las chispa de santidad que estaban atrapadas en el ámbito del mal. Cuando uno se levanta y retorna hacia la santidad, se vuelve digno de elevar también las chispas caídas (Likutey Halajot III, p. 98-100).

No hay comentarios:

Publicar un comentario