Del
convocado heroico a unirse a los luchadores de la libertad, pasaremos al aprendizaje
mismo.
Instruirse
puede resultar extenso y arduo, pero ya hemos aprendido que ninguna habilidad
es posible adquirir sin sacrificio y ejercitación continua.
El arte
del HITBODEDUT, no es sólo como anticipamos, una clase de "Arte Marcial",
sino que también tiene gran similitud con el arte de la pintura. Cuando
comienza a aprender pintura, el estudiante descubrirá rápidamente que para
obtener una buena obra de arte no alcanza con un mes o una semana de estudios.
Mucho es el tiempo necesario para conocer los distintos elementos y la diferencia
entre ellos.
La pintura
al óleo mancha mucho, es un producto difícil de lavar con agua y es utilizado
generalmente para pintar sobre tela, no sobre papel.
La pintura
al agua es mucha más delicada y es muy difícil de modificar lo hecho.
En esta
clase de pinturas no existe el color blanco y es necesaria mucha maña para
aprovechar la hoja como fondo.
La pintura
carbónica nos transporta al mundo del blanco y negro. Acá, la calidad se mide
de acuerdo a la habilidad para crear diferentes tonos sobre la base de un único
color.
No
únicamente los colores y su respectiva naturaleza hay que conocer. Sino que la
parte tal vez más compleja al momento de pintar, es saber obtener nuevos colores
sobre la base de otros ya existentes, interpretar correctamente lo que se ve:
colores, formas, sombras, líneas, etc. Medir y traducir tamaño y distancia y montar
adecuadamente las proporciones y relaciones entre las distintas partes de la
imagen. Saber dibujar movimientos, vida, etc.
Más tarde
están los estilos. Por un lado el realista que pone hincapié en transportar
exactamente la realidad al papel y por el otro el surrealista que no le interesan
demasiado los detalles y su labor se limita a convertir ideas abstractas en
colores y formas aun si no todo lo que se ve en la imagen aparece en la vida real.
Todo lo
antedicho con respecto a la pintura y muchísimo mas, corresponde en esta
especialidad llamada HITBODEDUT.
Los
materiales son las palabras. Al igual que los colores, hay que aprender a conocerlas
y combinarlas. A veces, en momentos difíciles, el tono de la Tefilá suele
parecer un tanto duro, mientras que en otras ocasiones es más humilde o lenguajes
de conciliación y súplica. Siempre según el momento que el ser
humano
está atravesando.
Pero más
allá del estilo y tono, tenemos que saber darle vida a las palabras.
¿A que nos
referimos?
El Rebe nos enseña que así como las “letras", para poder pronunciarse,
necesitan de las vocales que son las que dan vida.
Del mismo modo,
la atención y la energía que uno introduce en las palabras, les dan sentido y
vida. (Ver Likuté Moharán 1-31)
Un alma
vacía y pobre, también sus expresiones serán del mismo modo. Mientras
que un alma rica, que busca el bien y pretende elevarse emite letras y frases
colmadas de luz y vigor. Éste es otro de los detalles a aprender.
A pesar de
haber asemejado el HITBODEDUT a algunas habilidades terrenales, diremos que la
diferencia entre ellos es muy notable, ya que en las especialidades
materiales recién una vez terminados los estudios sale el alumno a practicar lo
aprendido y es solo en aquel momento que empieza a demostrar sus conocimientos
y habilidades. Lo que no es así en el arte del HITBODEDUT, donde en ningún
momento se puede decir que el alumno esta ya lo suficiente claro como para
poder suspender el aprendizaje.
Sin
embargo, a partir del primer intento, de la primera palabra de Tefilá, ya es considerado
un luchador, ya se afilió a las tropas de la luz, tal como hemos citado
anteriormente que "Toda Tefilá", sin excepción, "de cada
persona, es parte de
la revelación Divina".
La
purificación y saneamiento del alma, la evaporación de la tiniebla y la disipación
de la oscuridad que la recubre, como también la realización de la espada del
Mashiaj, se lleva a cabo de inmediato, incluso tratándose de un inexperto.
Todo HITBODEDUT, toda petición personal dirigida al Creador, significa
un éxito para el alma. De aquí en adelante será su tarea avanzar infinitamente,
desarrollarse y perfeccionarse.
Para
desempeñarse como soldado en el ejército de Hashém con todas las energías,
para liberarse verdaderamente y por mucho tiempo de las garras del mal, es indispensable
estudiar y adiestrarse.
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