lunes, 27 de noviembre de 2017

La Parashá del Rebe: Vaishlaj



Bereshit (Genesis) 32:5 Los instruyó diciendo, “Esto es lo que le dirán a mi señor Esaú: ‘Así dijo tu siervo, Iaacov: 

Residí con Labán y he demorado mi retorno hasta ahora’”. 

Residí con Labán 

 Esaú representa a los ateos que son bestias salvajes y gente lujuriosa, en tanto que Labán representa a los ateos que son astutos y maliciosos - es decir la “raíz” de todos los ateísmos, ocultando el Favor Divino. Iaacov representa a aquel que trata de revelar el Favor Divino. Esaú estaba celoso de Iaacov por haber recibido las bendiciones de Itzjak, dado que esas bendiciones incluían abundancia de rocío y de cosecha, todas bendiciones de un orden natural. 

Siendo un ateo, Esaú prefería creer en un orden natural más que en la Providencia Divina. Amenazado por su hermano, Iaacov comprendió que para poder vencer a Esaú, debía vencer a la “raíz” de Esaú, es decir, a Labán. De modo que cuando Iaacov retorno de Jaran, le envió un mensaje a Esaú: “Residí con Labán” - significando, “Pude vencer a tu raíz. 

Por lo tanto puedo vencerte también a ti”. Cuando finalmente volvieron a encontrarse, Esaú le concedió las bendiciones a Iaacov, reconociendo que si Iaacov había sido capaz de vencer a Labán y de revelar el Favor Divino, entonces merecía verdaderamente esas bendiciones (Likutey Halajot I, p. 154a). 

 33:17 Iaacov marchó a Sukot donde edificó para sí una casa, e hizo sukot para su ganado. Por lo que llamó a aquel lugar Sukot. Iaacov marchó a Sukot donde edificó para sí una casa... Por lo que llamó a aquel lugar Sukot Iaacov trabajó toda su vida para revelar la fe en Hashem. Incluso su casa fue construida con ese objetivo en mente. Pues la fe se revela principalmente a través de la idea de la SuKáH (סוכה), que es similar a SoKéH(סוכה, supervisar). 

El Tzadik supervisa la fe y la nutre, utilizando todos los medios posibles para revelársela a los demás. Así, “Hizo sukot para sus rebaños” - hizo brillar la verdadera fe en aquellas personas sobre las cuales tenía influencia (Likutey Halajot VIII, p. 257b). 

 33:20 Erigió un altar allí y lo llamó “Elokim es el Adón de Israel”. Lo llamó “Elokim es el Adón de Israel” Vaikrá lo El Elohei Israel (“Lo llamó ‘Elokim es el Adón de Israel’”) puede también leerse como “El Adón de Israel lo llamó a él (i.e., a Iaacov) ‘El’”). 

En otras palabras, Hashem llamó a Iaacov “divino” (Meguilá 18a). Los judíos -representados por Iaacov- poseen, si así pudiera decirse, poder sobre Hashem. Sus plegarias pueden mitigar Sus decretos e incluso cambiar la naturaleza (Likutey Moharán II, 2:4). 

 33:18 Así vino Iaacov completo a la ciudad de Shejem, que está en la tierra de Canaán, a su regreso de Padan Aram; y acampó enfrente de la ciudad. 

 Vino Iaacov completo a la ciudad de Shejem Iaacov representa el atributo de la verdad, como dice el versículo: “Da verdad a Iaacov” (Mija 7:2) Cuando la persona revela la verdad, lleva a la gente hacia Hashem “para servirlo de común acuerdo” (Zefonías 3:9). 

La palabra hebrea para “acuerdo” es shejem (שכם). Así, la verdad de Iaacov lleva a la paz y al acuerdo (Likutey Moharán I, 27:2). 

35:2 Iaacov le dijo a su familia y a todos los que estaban con él: “Aparten los dioses extraños que están en medio de ustedes, purifíquense y cambien sus ropas”. 

 Aparten los dioses extraños que están en medio de ustedes Por el hecho de influenciar a las personas para que se vuelvan prosélitos Iaacov anuló la idolatría (Likutey Moharán I, 59:5).

lunes, 13 de noviembre de 2017

La Parashá del Rebe: Toldot



Bereshit 25:19 Y éstas son las generaciones de Itzjak, hijo de Abraham: Abraham engendró a Itzjak. 

 Abraham engendró a Itzjak Aunque está escrito, “Itzjak, el hijo de Abraham”, fue necesario afirmar que “Abraham engendró a Itzjak” porque los cínicos de esa generación decían que Sara había concebido de Avimelej. Ella había estado junto a Abraham por muchos años y no había podido concebir de él. 

Por lo tanto Hashem hizo que los rasgos faciales de Itzjak fueran similares a los de Abraham para que todos admitiesen que “Abraham engendró a Itzjak” (Rashi). 

 La sefirá de Jesed precede a la sefirá de Guevurá. Cuando los actos de bondad (jesed) de la persona son puros, entonces los juicios (guevurot) que pueden surgir posteriormente son santos y sirven para dirigirla hacia Hashem. Pero si sus actos de bondad son impuros, entonces los juicios que siguen son también defectuosos, trayendo el sufrimiento que la aleja de Hashem. 

Abraham representa la sefirá de Jesed e Itzjak lasefirá de Guevurá. Un Jesed santo y puro lleva a una Guevurá santa y pura. Debido a que Abraham era una fuente santa, también Itzjak, fue santo e incluso se sacrificó completamente en aras de Hashem. Esto no podría haber sucedido si Itzjak hubiera provenido de una fuente corrupta como Avimelej (Likutey Moharán I, 74). 

 25:27 Crecieron los jóvenes y Esaú se hizo diestro en la caza, hombre de los campos; pero Iaacov era un hombre completo, que habitaba en las tiendas. 

 Iaacov era un hombre completo, que habitaba en las tiendas Yo soy Hashem, tu Señor, desde la Tierra de Egipto; llegará un tiempo en que haré que habites en tiendas como en los días de antaño (Hoshea 2:10). Como en los días de Iaacov, cuando estudiaba en las tiendas de Shem y de Ever (Rashi, loc. cit.). 

 Antes de la Entrega de la Torá, los Patriarcas y otras personas rectas se reunían en tiendas de estudio donde la fe era el tema principal - cómo lograrla y cómo revelársela al mundo. 
Como prueba de esto se nos enseña que en épocas Talmúdicas, la versión del Tratado Avodá Zará (que trata sobre la idolatría) tenía 400 capítulos, comparado con la edición de nuestros días que sólo tiene cinco (Avodá Zará 14b), pues los antiguos habían desarrollado enseñanzas amplias y profundas sobre la difusión de la fe. 

Esas casas de estudio florecerán nuevamente en el Futuro, en la época del Mashíaj (Likutey Halajot VIII, p. 94a). Iaacov era un hombre completo “Iaacov” alude al intelecto y a la sabiduría. Se dice de aquel que busca la verdadera sabiduría -el conocimiento de lo Divino- que es tamim (pleno y completo) (Likutey Moharán I:final). 

25:31 Iaacov dijo, “Véndeme antes la primogenitura”. 

 Iaacov, Esaú y la primogenitura 

Uno debe siempre buscar la sabiduría oculta en cada cosa para encontrar allí la Divinidad. Esto constituye la verdadera sabiduría, que se compara con la luz del día - una luz que ilumina el sendero de la persona para que pueda saber por dónde caminar. 
Como afirma el versículo: “La sabiduría ilumina el rostro del hombre” (Eclesiastés 8:1). 

En verdad, “La sabiduría da vida” (Ibid., 7:12). 
Aquel que no buscala Divinidad en cada cosa cierra su mente a la sabiduría y a la vida. Y en esto consiste la principal batalla entre la buena y la mala inclinación de la persona. Esta idea se refleja en la batalla de Iaacov y de Esaú por el derecho a la primogenitura. 

La primogenitura se entiende generalmente como el “primer nacido”, que connota sabiduría, como en el versículo “Lo primero es la sabiduría” (Salmos 111:10). 

El nombre IaAKoV (יעקב) también connota sabiduría, como en la frase vaIaKVeni (ויעקבני, “él me superó en inteligencia”) (Génesis 27:36). 

Iaacov buscó la primogenitura de la sabiduría y así pasó su vida en las “tiendas de estudio” (Rashi sobre Génesis 25:27). 
Esaú, por otro lado, buscaba la gratificación material y despreciaba la primogenitura de la sabiduría y el conocimiento de Hashem. Cuando buscamos la raíz espiritual en cada cosa y estudiamos la Torá, como hizo Iaacov, nos acercamos a Hashem (Likutey Moharán I, 1:2). 

 27:22 Iaacov se acercó a su padre Itzjak, el cual lo palpó. Y dijo: “La voz es la voz de Iaacov, pero las manos son las manos de Esaú”. 

 La voz es la voz de Iaacov, pero las manos son las manos de Esaú Existe una plegaria de compasión y de súplica y una plegaria que es demandante y que fuerza un tema ante Hashem. 

 Itzjak sabía que Iaacov era un hombre de compasión y de verdad, que siempre Le pedía compasión a Hashem. Itzjak también sabía que Esaú era un malvado, una persona demandante que utilizaba la fuerza para obtener lo que deseaba. Itzjak quería que Esaú se arrepintiese por lo que trató de acercarlo. Al bendecir a Esaú con la riqueza material, Itzjak sentía que Esaú se volvería una mejor persona. Pero Rebeca conocía la profundidad de la maldad de Esaú. Ella sabía que Esaú pecaría mucho más si tenía riquezas. 

De modo que instruyó a Iaacov para que tomase las bendiciones para sí. Cuando Iaacov se presentó ante su padre e Itzjak oyó su voz, supo cuál de sus hijos estaba delante de él. Así, Itzjak hizo notar, “La voz es la voz de Iaacov” - aquel que es recto, aquel que ora, aquel que siempre despierta la compasión de Hashem. “Pero las manos son las manos de Esaú” - pues comprendió que Iaacov se había presentado con las “vestimentas” de Esaú, en la posición de demandar las bendiciones. 

 Más aún, Itzjak comprendió a partir de ese ardid que Iaacov realmente merecía las bendiciones. Comprendió que para que los rectos pudieran existir, debían subyugar a “Esaú” -el ámbito del Otro Lado- adoptando su método de demandar y de forzar un tema. Aunque los Tzadikim tienen que orar ante Hashem con súplicas, hay veces en que deben demandar una respuesta de Hashem - porque con esas plegarias están intentando anular el mal y extraer en definitiva las bendiciones del Otro Lado, haciéndolas volver a su lugar apropiado en el ámbito de la santidad (Likutey Halajot IV, p. 20a).

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Acercarse



La revelación más grande de la gloria del Santo, bendito sea, se produce cuando aquéllos que están lejos se acercan a Él: entonces Su Nombre es honrado arriba y abajo, y se exalta Su gloria. Es deber de cada uno hacer todos los esfuerzos posibles para acercar a la gente al Santo, bendito sea. Nadie debe decir, "¿Cómo puedo yo acercarme al Él, tan lejos como estoy debido a mis malas acciones?" Por el contrario, al hacer el esfuerzo por retornar, cuanto más lejos esté la persona, más se exaltará la gloria del Santo, bendito sea.

Consejo.

lunes, 6 de noviembre de 2017

La Parashá del Rebe: Jaiei Sara




Bereshit (Génesis) 23:1 Fue la vida de Sara cien años y veinte años y siete años, los años de la vida de Sara 

 Cien años y veinte años y siete años 

A los cien años, ella era como de veinte años, sin pecado. 

A los veinte, ella era tan hermosa como una joven de siete. 
Y todos sus años fueron iguales en bondad (Rashi). 

Existen cuatro niveles de humildad: ser más humilde que aquellos que son más grandes que uno, ser más humilde que aquellos que son iguales a uno, ser más humilde que aquellos que son menos que uno y, si uno es la persona más humilde, ser mucho más humilde todavía (Likutey Moharán I, 14:4). 

La humildad es la esencia de la vida, en especial la vida en el Mundo que Viene (ver Likutey Moharán II, 72). 

Sara refleja el cuarto nivel de humildad, el de ser la persona más humilde. Tanto a los cien años como a los veinte y a los siete, ella fue siempre la más humilde. Y “todos sus días fueron buenos”, pues de esa manera, alcanzó la verdadera humildad, que es la esencia de la vida (Likutey Halajot V, p. 280a). 

23:9 “Que me dé la Cueva de Majpelá, que él posee, la cual está al extremo de su campo. Que me la dé por su valor completo, para posesión de sepultura, ante ustedes”. 

La Cueva de Majpelá Había una gran luz en la Cueva de Majpelá, proveniente del Jardín del Edén. Pero Efron no la percibía, por lo que estaba ansioso de venderla. Abraham vio la luz y supo que ella marcaba la entrada al Jardín del Edén. 

Así, estaba deseoso de comprarla. De manera similar, tanto la persona común como el Tzadik están expuestos a los tremendos niveles de Santidad que abundan en el mundo, pero sólo el Tzadik los aprecia. La persona sabia busca superar su insensatez y los deseos materiales para acercarse al Tzadik, quien puede revelarle esa tremenda belleza Divina (Likutey Moharán I, 17:2). 

24:14 “Y si le digo a la joven, ‘Inclina, por favor, tu cántaro para que yo beba’ y ella responde: ‘Bebe tú y también a tus camellos daré de beber’; ésta será la que designaste para Tu siervo y en esto conoceré que hiciste benevolencia para con mi señor”. 

Eliezer buscó la pareja de Itzjak Itzjak representa los juicios estrictos que deben ser mitigados. Los juicios estrictos son producidos generalmente por el pecado, que le quita las chispas de santidad a la persona y la fuerza a trabajar muy duro en sus devociones para poder recobrarlas. 

De manera similar, nuestros Sabios enseñan que la pareja de la persona es considerada como si estuviese “perdida” hasta su boda (Kidushin 2b), indicando que hasta el momento de casarse, la persona se encuentra bajo los juicios estrictos (debido a su pareja “perdida”). 

La historia de Itzjak buscando su pareja alude a ambos conceptos. La Torá se ocupa en gran detalle del viaje de Eliezer para encontrar a Rebeca, e incluso repite la historia, todo debido a que Itzjak (i.e., los juicios) había “perdido” su pareja y debía buscarla (Likutey Halajot II, p. 95a).

domingo, 5 de noviembre de 2017

Honor



Es necesario minimizar la propia honra y otorgar el mayor honor posible a nuestro Creador. Se debe evitar el honor y no hacer intentos por ganar la admiración de los demás. De este modo uno se hace digno de recibir honor del Santo, bendito sea, y nadie cuestionará si se es realmente digno del respeto del que se disfruta. Pero aquél que corre detrás del respeto y de la admiración de los demás nunca será digno del honor del Santo, bendito sea. Aunque alcance una posición de honor, la gente lo mirará con sospecha y querrá saber por qué se le debe acordar tal respeto. 

(Likutey Moharán I, 6:1)

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Ira (II)



La ira puede hacer que la persona pierda su riqueza. Cuando una persona monta en cólera destruye las bendiciones de riqueza que le estaban dispuestas. Mancha su buen nombre y su misma alma. Pero cuando la persona restringe su cólera y se comporta de manera paciente incluso ante las circunstancias más difíciles, obtiene riquezas, un buen nombre y un alma pura. Entonces, todas las otras almas anhelan unirse con la suya. Ahora puede acercar muchas almas a Hashem con lo cual se revela la gloria del Santo, bendito sea.

Consejo