domingo, 4 de marzo de 2018

La Parasha del Rebe: Vaiakel


Shemot / Exodo 35:1 Moisés convocó a toda la congregación de los hijos de Israel y les dijo: “Éstas son las palabras que Hashem les ha mandado hacer”. 

Éstas son las palabras 

“Estas son las palabras” - éstas son las Treinta y Nueve Clases de Tareas (Shabat 97b). Diseñado para ser un santuario donde “repose” la Presencia de Hashem, el Tabernáculo fue construido mediante las Treinta y Nueve Clases de Tareas. De manera similar todo aquel que trabaje en este mundo utilizando las Treinta y Nueve Clases de Tareas también podrá construir un Tabernáculo para Hashem. 

Pues el principal objetivo de las tareas de la persona es traerle espiritualidad a la vida física (Likutey Halajot VIII, p. 81b). 37:1 Betzalel hizo también el Arca de madera de acacia; de dos codos y medio era su longitud y de codo y medio su anchura y de codo y medio su altura. Betzalel hizo también el Arca Moisés le dijo a Betzalel que hiciese primero el Arca y los otros utensilios y que luego construyese el Tabernáculo. 

Betzalel le preguntó a Moisés, “¿Dónde pondré el Arca?”. Moisés respondió, “Tienes razón. Primero construye el Tabernáculo y luego haz los utensilios individuales” (Rashi sobre Éxodo 38:22). Moisés representa el daat de toda la nación. 

Como tal, simboliza el nivel más elevado de santidad, el Santo de los Santos, donde estaba el Arca. Pero Betzalel sabía que los judíos no estaban en el nivel de Moisés. Cada uno necesitaba su propio espacio y lugar dentro del cual relacionarse con Hashem. Así, Moisés se centraba en el Arca, el foco principal de la Divinidad, mientras que Betzalel se centraba en construir primero un lugar para la santidad, el Tabernáculo (Likutey Halajot IV, p. 12a).

35:5 “Tomen de entre ustedes una ofrenda para Hashem; todo aquel que se sienta inspirado a dar traerá la ofrenda a Hashem: oro y plata y cobre”. 

Oro y plata 

El deseo de riqueza es la causa principal del ocultamiento de la Divinidad. La riqueza -en la forma del botín que los judíos tomaron de los egipcios ahogados en el mar- también dio los meHashem para hacer el becerro de oro. Por lo tanto los judíos recibieron la orden de contribuir con el oro y la plata -i.e., su riqueza- para construir el Tabernáculo. Esos regalos provenientes de la riqueza sirvieron para manifestar la Divinidad y contrarrestar el ocultamiento generado por el becerro de oro (Likutey Halajot IV, p. 14a).

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